La tragedia de Zaragoza pone de relieve la necesidad de modificar la actual legislación antiincendios
La legislación española en materia de incendios es vaga y ambigua, especialmente con respecto al uso de productos; antiinflamables y materiales que, en contacto con el fuego, originan gases tóxicos mortales. Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado algunos expertos a raíz del envenenamiento por gases de los 43 fallecidos en la discoteca Flying de Zaragoza en la madrugada del pasado domingo. Entre esos gases, los investigadores han descubierto, sobre todo, monóxido de carbono -habitual en todo incendio-, pero precisan que las características de los cadáveres apuntan a la presencia de otros gases que provocan una muerte inmediata y que, como el ácido cianhídrico, pueden originarse por la combustión de materiales plásticos.
Empresarios de firmas antiincendios señalaron que "el propietario de un local que actúa de buena fe se ve confundido por la existencia de mucha legislación dispersa -las competencias se reparten por cuatro ministerios, comunidades autónomas y municipios- que en algunos casos se contradicen". "Lo que venimos reclamando desde hace tiempo es una legislación común con unas competencias claras", indicaron, informa Emma Roig.Tienen competencias en cuanto a seguridad de locales públicos los ministerios de Obras Públicas, el del Interior, el de Sanidad y Consumo y el de Industria y Energía. Los distintos servicios de bomberos, la policía de espectáculos, los inspectores ministeriales tienen así mismo competencias según las distintas regulaciones.
Muerte por asfixia
Las 43 personas que perdieron la vida en la discoteca de Zaragoza murieron de "asfixia por inhalación de gases", según el informe forense que obra en poder del juez instructor del caso. Los análisis efectuados por el Instituto Anatómico Forense, en colaboración con la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Zaragoza -de la que es titular la doctora María Castellano-, sólo han podido detectar la pre sencia de monóxido de carbono en la sangre de las víctimas. Este gas es tóxico y en determinadas concentraciones resulta mortal. El informe no descarta, sin embargo, la hipótesis según la cual la muerte sobrevino a causa de la presencia de otros gases letales, como el ácido cianhídrico, cuya acción sobre el organismo humano es fulminante, informan desde Zaragoza Lluis Uría y Javier Ortega.
El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, Javier Seoane, declaró ayer a este diario que los medios técnicos con que se ha contado para elaborar el informe forense son insuficientes para detectar la presencia de otro tipo de gases y anunció, en este sentido, que las muestras recogidas serán enviadas al Instituto Nacional de Toxicología si el curso de las investigaciones así lo aconseja. Sólo en dos casos, en los que las víctimas presentaban alguna herida superficial, se ha efectuado la autopsia. En el resto de los cadáveres, se ha procedido a analizar sangre tomada directamente del corazón y a hacer un examen externo.
El delegado del Gobierno en Aragón, Carlos Pérez Anadón; el alcalde de la ciudad, Antonio González Triviño, y el jefe de bomberos, Augusto García Hedgart, han insistido en que el local cumplía escrupulosamente las ordenanzas municipales y había pasado las oportunas revisiones. Este hecho, unido a la rapidez con que se produjo el fallecimiento de las víctimas -los bomberos tardaron sólo ocho minutos en llegar al lugar del suceso y no más de 20 en apagar el fuego-, sin que pudieran hacer nada por las personas allí atrapadas-, sigue abonando la hipótesis de que la ignición de determinados materiales pudo provocar la emisión de gases altamente tóxicos.
Análisis de materiales
El convencimiento de que este caso escapa a todas las previsiones es generalizado. La directorageneral de Protección Civil, Pilar Brabo, se interesó ayer personalmente porque los materiales hallados en la discoteca sean analizados por el Instituto de Toxicología de Sevilla, para comprobarlos efectos que puede producir la interacción de determinadas sustancias en caso de incendio. Un grupo de especialistas suecos se trasladó el mismo domingo en avión a Zaragoza para seguir de cerca los acontecimientos y poder adoptar en su país las medidas pertinentes.
La doctora Carmen Mariscal, del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid, manifestó ayer que determinados tratamientos para conseguir aumentar la resistencia al fuego de los materiales, que exige la normativa, pueden ser tóxicos. Mariscal añadió que la muerte por inhalación de ácido cianhídrico puede resultar de la combustión de plásticos acrílicos como el nitrilo acrílico (que forma parte de textiles utilizados para moquetas); el metacrilato (plástico con apariencia de cristal); poliuretanos (espumas rígidas que se utilizan para forrar sofás) que liberan otros vapores como el monóxido y dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno, tóxicos todos ellos en mayor o menor medida.
La legislación española no especifica una tabla para medir los componentes - tóxicos de los materiales de construcción y decoración utilizados en lugares públicos. Entre las diversas normativas municipales, autonómicas y ministeriales que existen en España sólo se especifica la necesaria resistencia al fuego y algunas añaden la prohibición de que los materiales desprendan gases corrosivos o venenosos, sin definir cómo efectuar estas mediciones.
Imposible medición
La ordenanza municipal de prevención contra incendios del Ayuntamiento de Zaragoza prohíbe que se utilicen artículos de decoración y tapicería, cuya resistencia sea inferior a 100 grados, que puedan producir por efecto de la temperatura gases venenosos o corrosivos.
Sin embargo, según los técnicos especialistas en mediciones, es imposible, sin contar con una tabla muy amplia y compleja, medir las reacciones tóxicas que pueden provocar los gases que desprenden los materiales expuestos a las llamas.
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