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Valdano tuvo una feliz reaparición con una mediocre selección argentina

JOSÉ M. SIRVENT, ENVIADO ESPECIAL, Jorge Valdano volvió a sentir ayer el olor del linimento, los aplausos del público, los golpes del contrario y la frustración que siempre produce un resultado adverso e, incluso, estrellar un balón en la madera, oportunidad de la que dispuso y que le impidió cobrarse un glorioso gol, por las circunstancias que le rodeaban ayer. Valdano retrocedió en el túnel del tiempo, rompió su carné de jubilado futbolístico e inició su camino hacia ese gran reto que se ha planteado: volver al fútbol de alta competición, tras más de dos años de inactividad y sólo para defender los colores de su país en el próximo Mundial de Italia.

Carlos Bilardo, seleccionador de Argentina, le dijo antes de saltar al césped del estadio Louis II de Montecarlo: "Jorge, estate tranquilo y haz lo que puedas". Y Jorge, que era consciente de que todas las miradas iban a centrarse en él, incluidas las de su familia presente en el campo, no sólo hizo lo que pudo, sino que fue el hombre más peligroso de Argentina.

La inactividad y los años no le perdonaron. Ya no es aquel chaval semidesconocido que llegó al Alavés. Una de sus mayores cualidades, la velocidad, la ha perdido, pero conserva todo su talento futbolístico, su sentido de la colocación y su olfato de gol, corno demostró en ese trallazo al larguero. Valdano jugó inmerso en una selección argentina plagada de suplentes -ayer nadie llevó el dorsal 10 de Maradona como curiosa anécdota de este equipo plagado de emigrantes-, que sigue practicando el fútbol tosco y a menudo primario que concibe Bilardo, un técnico que ya parece preparado para recibir un aluvión de críticas de sus más encarnizados rivales, como se han aprestado a ello ya el ex seleccionador Menotti y el ex jugador Sívori. Críticas seguro que le llegan por no seleccionar a Ramón Díaz, jugador del Mónaco, que ayer se tomó cumplida venganza por el supuesto veto que le ha puesto Maradona y dio algunas de las mejores muestras de espectáculo que recogió un partido no excesivamente brillante. Muestrario en el que tuvo especial protagonismo el reaparecido Valdano.

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