El 'comité de crisis' del BBV reanuda las negociaciones bajo el pacto de silencio
La comisión negociadora del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) reanudó ayer las conversaciones para la búsqueda de una solución que ponga fin a la crisis abierta por la muerte del copresidente Pedro Toledo.Al finalizar la reunión, el banco hizo público un comunicado en el que afirma que la comisión negociadora, integrada por tres consejeros del antiguo Banco de Bilbao y tres del antiguo Banco de Vizcaya, reanudó ayer las negociaciones.
El texto dice que "los negociadores han manifestado su propósito de continuar, estos contactos hasta alcanzar el acuerdo definitivo. Es también deseo de la Comisión Negociadora mantener al pacto de silencio acordado el pasado viernes con objeto de alcanzar el clima de reflexión necesario que garantice la convergencia de voluntades".
El consejo del banco permanece dividido en dos bloques monolíticos, integrados por los consejeros de los antiguos Banco de Bilbao y del Banco de Vizcaya, respectivamente. Mientras los hombres del antiguo Bilbao, dirigidos por José Ángel Sánchez Asiaín, consideran que ya ha terminado el periodo transitorio y llegado el momento de que el banco esté dirigido por una presidencia unipersonal, los ejecutivos procedentes del Vizcaya, encabezados por su antiguo presidente, Ángel Galíndez, exigen el cumplimiento estricto del estatuto del consejero y han inscrito como copresidente del BBV a Alfredo Sáenz.
Inscripción firme
La inscripción en el Registro Mercantil de Bilbao, que se practicó el 19 de diciembre, designa a Alfredo Sáenz como copresidente y a José Antonio Saériz de Azcúnaga como consejero delegado. Fue presentada en un protocolo notarial que incluía tres documentos: acreditación fehaciente de las bases de la fusión (establecen la presidencia plural durante cuatro años); acreditación fehaciente del estatuto del consejero (señala que durante el periodo transitorio las bajas en el consejo se cubrirán por los antiguos consejos) y una certificación de los nombramientos. Estos acuerdos se adoptaron en una reunión en la que actuó como presidente Ángel Galíndez y secretario José Luis Segimón.Fuentes del registro manifestaron que la inscripción era firme y había sido calificada unánimente por los tres registradores de Bilbao, Antonio Arias, Francisco Javier Aznar y Carlos Celestino Lalanda.
Las mismas fuentes indicaron que la inscripción sólo podía ser revocada por una sentencia judicial. La impugnación debe realizarse a través de un juicio ordinario declarativo de mayor cuantía cuya última instancia es el Tribunal Supremo.
Fuentes del antiguo Bilbao manifestaron que habían recurrido este acuerdo ante la Audiencia.
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