Greg Lemond
El deportista más premiado del año
El ciclista norteamericano Greg Lemond, ganador del Tour y del Mundial, está acaparando los galardones de mejor deportista del año. Por estas fechas, entre las mayores tentaciones que existen al hacer balances anuales está la elección de los mejores. En deportes, aunque sea una clasificación tan subjetiva como cualquier otra, la tentación es aún mayor por aquello del esfuerzo y la hazaña. Pero comparar cosas que no se miden por los mismos parámetros es siempre arriesgado. Saber si es mejor un atleta que un futbolista, un nadador o un ciclista resulta de lo más aleatorio. Sólo cabe fijarse en el peso de las gestas, la mayoría de las veces individuales, y en los acontecimientos más importantes.Sin embargo, este año existe unanimidad en todos los jurados sobre Lemond. Y no es extraño. Su triunfo en el Tour, que confirmó un mes después con el Mundial, entró de lleno en la épica. Por el éxito en sí y por su excepcional historia personal anterior.
Lemond ya había ganado el Tour de 1986, pero entonces fue una sorpresa, y los laureles, muy distintos. Lo asombroso de este año ha empezado por su capacidad de recuperación. Ganar la carrera ciclista más dificil del mundo en uno de los deportes más duros y sacrificados ya es un gran mérito. Pero hacerlo 27 meses después de resultar gravemente herido en un accidente de caza, muchísimo más. Lemond, el 20 de abril de 1987, recibió los impactos de 40 perdigones, 20 de los cuales aún permanecen en su cuerpo. Un compañero de cacería le disparó por error. Perdió la temporada y renqueó en la siguiente. Ya nadie daba nada por él. La mala suerte parecía haber acabado con uno de los pocos ciclistas que aspiraban a entrar en la galería de estrellas del ciclismo de todos los tiempos.
Sin embargo, no fue así. Este año, pese a militar en un equipo de escaso potencial, se preparó para el Tour, reto fundamental de todo gran ciclista, y su inteligencia táctica corrió pareja con su fuerza. Sentenció la carrera en una contra reloj final portentosa. Utilizó una bicicleta revolucionaria, con el cuadro de triatlón, que permite una postura más aerodinámica, y en los 24,5 kilómetros entre Versalles y París, a la impresionante media de 54,545 kilómetros por hora, superó a Fignon por 58 segundos. Acabó ganando el Tour por ocho. El ciclismo alcanzó en la televisión norteamericana niveles de audiencia insólitos. Es su mejor propagandista.
Luego triunfó también en el Mundial. Lemond había vuelto a la cumbre, y buena prueba de ello es que firmó en septiembre un contrato con el equipo Z -firma de ropa para niños-, que le pagará 660 millones de pesetas por tres años. Es el ciclista mejor pagado del mundo y el deportista más reconocido.
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