El 55% de los trabajadores madrileños se opone a la legalización de las drogas

El 55% de los trabajadores madrileños que contestaron a una encuesta promovida por CC OO rechazó la posibilidad de legalización de las drogas, mientras que otro 43% se mostró favorable a tal medida. Al margen de la opinión favorable o no a la legalización, el 84% de la población trabajadora piensa que "las medidas urgentes para promover el empleo juvenil ayudarían a resolver el problema de las drogas".

El informe, basado en una encuesta hecha sobre 795 trabajadores, activos o en paro, con un margen de error cifrado en el 3,5% será la base de los debates de las jornadas sobre Drogodependencia y Trabajo, que comenzaron ayer.El 38% de los encuestados declara haber tomado tranquilizantes en alguna ocasión. Un 22% de la población trabajadora ha probado el hachís, un 7% ha consumido cocaína, y sólo un 3,3% ha probado la heroína. Los porcentajes son mucho mayores en las drogas legales: el 67% de los trabajadores fuma o ha fumado, y el 70% ha tomado bebidas alcohólicas en los últimos 30 días.

Los fumadores y bebedores son los más críticos consigo mismos. Un '73% de los fumadores y un 83,5, de los ex fumadores consideran que el tabaco es una droga, y el 93% piensa que "el alcohólico es un enfermo".

Los encuestados señalan que la sociedad en general no tiene demasiada información sobre el terna de las drogodependencias, y un 58% de ellos estima que "Ias drogas no son buenas o malas en sí mismas, sino según el uso que se haga de ellas". El mismo porcentaje señala que "hay que distinguir entre drogas duras y blandas".

Casi la totalidad de los trabajadores, el 95%, piensa que las drogas son un grave problema social, asociado con la delincuencia y la inseguridad ciudadana, y se orientan decididamente por pedir políticas de prevención. La política represiva contra el pequeño camello es valorada como eficaz sólo por el 43% de los encuestados, mientras que un 90% se inclina por aumentar las penas para los narcotraficantes e incautar sus bienes.

El acento se pone, sin embargo, en las políticas de prevención: un 84% defiende la creación de empleo juvenil, y un 70% señala "evitar el fracaso escolar", como medidas necesarias para acabar con las toxicomanías.

En el ámbito laboral, Eduardo Ybernón, secretario de acción social del sindicato, declaró que es necesario promover un cambio en la legislación, de forma que las toxicomanías se consideren como una enfermedad, y no como un motivo para el despido.