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Aquel abuelete asturiano

El balance que los sindicatos hacen de este año es que ha servido para consolidar la unidad de acción y hacer calar en la sociedad la mayoría de sus demandas. Nicolás Redondo, secretario general de UGT, resume así: "Se dice que los sindicatos no representan nada, apenas un 9% de la clase trabajadora y luego resulta que movilizan a millones de trabajadores".

Han calado también los problemas de los jóvenes: el paro y la precariedad. El dirigente juvenil de CC OO, Javier Sanz, señala que han tenido especiales dificultades a la hora de convencer a los jóvenes para que vieran que detrás del contrato de inserción no existía una oferta real de empleo. Por ello plantearon una batalla paralela, protestar en la calle y ganarse a los jóvenes con la información. Ahora no piensan en movilizaciones a gran escala, sino que están en lo concreto, dando alternativas en formación profesional o escuelas-taller.

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Los jubilados de Comisiones, en cambio, piensan seguir peleando y el día 19 decidirán nuevas movilizaciones. Entre sus recuerdos permanece todavía aquel abuelete asturiano de 85 años, con una pensión de 17.000 pesetas, como tantos otros, que vino a Madrid y estaba dispuesto a tumbarse en Atocha para seguir protestando. Para el dirigente José Cabezas las demandas tienen hoy la misma fuerza. "Somos luchadores", afirma con ira, "y hemos peleado para que ahora ellos estén en el poder". No se cree las promesas tantas veces repetidas a los ancianos y añade: "Sólo nos hacen asilos para que bailemos al ritmo de la pianola con Matilde Fernández cuando viene a inaugurarlos".

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