Policías ejemplares
Diálogo entre un miembro de la Policía Municipal sentado en el asiento del conductor de una furgoneta Vanette azul, leyendo un periódico, y con el vehículo aparcado sobre el paso de peatones entre la calle de Santa Cruz de Marcenado y la calle del Acuerdo (o sea, en la misma esquina y en batería, lo que también está prohibido), y el que suscribe, a las 11. 15 del día 12 de noviembre de 1989.-Buenos días, señor agente. ¿Sabe usted que está aparcado sobre un paso de peatones y en plena esquina?
-¿Yo?
-Sí, usted.
-Pero no molesto a nadie. No hay casi tráfico.
-Pero ¿no se da usted cuenta de que con estos procedimientosno tienen fuerza moral para imponer multas?
-Nunca ponemos multas a los que no molestan.
-Está claro. Ustedes siempren tienen razón. Adiós.
Quiero apuntar:
La cara de asombro del honrado policía municipal al recibir una admonición de un ciudadano que, por lo que él sabe, está a sus órdenes, y no al revés.
Tengo 52 años. No he pertenecido al Felipe (también es cierto que tampoco he cantado el Cara al sol ni he levantado el brazo). Pero si alguien cree que España ha cambiado porque hay elecciones y Parlamento, que baje Dios y lo vea.-
