Peligrosos alquileres
Ocho familias, cinco de ellas marroquíes, desalojadas de un inmueble en ruinas
"Oportunidad. Piso en alquiler en calle Virgen de Nieva, 1, junto a Cuatro Caminos. Salón, dos habitaciones y cocina. 25.000 pesetas al mes". Treinta y tres personas disfrutaban hasta hace cinco días de esta ganga. El sábado tuvieron que ser desalojadas ante el estado ruinoso del inmueble. La supuesta publicidad no advertía que los techos están abombados, las paredes dan calambres y el edificio entero tiembla al paso del metro.
Mustafá Abdel-Lab, español de Ceuta, no pudo ir ayer a trabajar. Sus manos estaban heridas después de tirar durante varias horas de un cuerda en la obra donde trabaja. Aprovechó el día para colocar las pocas cosas que pudo rescatar de su casa cuando, el sábado, el Ayuntamiento ordenó el desalojo inmediato del edificio donde vive, un inmueble de tres plantas que tras un discreto aspecto exterior encierra un puñado de sorpresas."Vivimos junto a las cocheras del Metro, y la casa debe estar justo encima de algún túnel, porque todo el edificio tiembla cada vez que pasa un tren", explica Mustafá. "`Hasta cae tierra del techo".
Mustafá, de 22 años, vino a Madrid hace un año a, vivir con su hermana Habiba, de 24, y su hija. "`En Ceuta no hay trabajo", explica. Con ellos residen también su hermana pequeña Sineb y una prima. Habiba, a pesar de ser musulmana como Mustafá, trabaja en una residencia para sacerdotes ancianos. Las otras dos chicas son empleadas de hogar. Por el piso pagan 25.000 pesetas al mes. "No es muy pequeño, aunque no tiene ducha ni baño", dice Mustafá.
El sábado pasado tuvieron un problema con la cañería. La inquilina del piso de abajo llamó alarmada a los bomberos al observar las filtraciones de agua. Y éstos, a su vez, dieron aviso a los arquitectos municipales, que determinaron que el edificio no ofrecía seguridad. El Ayuntamiento ordenó el desalojo.
Mustafá, otro de los jóvenes vecinos, marroquí de Tetuán, llegó esa noche tarde a casa, cuando vio el edificio rodeado de policías municipales. "No me sorprendió, porque el edificio está hecho una pena. Las vigas de madera están carcomidas, los techos abombados y hasta las paredes dan calambres de lo mal que está la instalación eléctrica", comenta.
Tras pasar la noche en un refugio municipal, las ocho familias, cinco de ellas marroquíes, están realojadas en dos edificios de apartamentos cuya tarifa asciende a 6.000 pesetas por día. El viernes podrían volver al inmueble de Virgen de Nieva, según el Ayuntamiento, una vez que concluyan las obras de apuntalamiento que están acometiendo.
"Queremos consultar con un abogado a ver qué podemos hacer", explica Miguel Angel García, otro de los vecinos desalojados. "Allí dependemos de la mano de Dios", replica Mustafá.
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