Jiménez de Parga: "Hay que superar el corporativismo"

Manuel Jiménez de Parga, granadino de 60 años y padre de siete hijos, es catedrático de Derecho Constitucional y fue ministro de Trabajo en el Gobierno de Adolfo Suárez. Acude a las elecciones con una candidatura integrada por abogados de ideologías plurales. Entre sus objetivos figura modernizar el colegio y superar lo que denomina "corporativismo trasnochado".Pregunta. ¿Qué le separa de Antonio Pedrol?

Respuesta. Casi todo. Desde nuestro programa de alternativa hasta nuestros candidatos, de talante muy distinto.

P. Pedrol ha recordado que usted fue ministro y ocupó cargos dependientes del ejecutivo.

R. Cualquiera que conozca mi trayectoria profesional y política sabe que hace más de 30 años mi voz fue una de las que, de forma arriesgada y firme, diariamente emitía opiniones discrepantes sobre el régimen político anterior. No recuerdo una actitud similar de Pedrol. En cuanto a vinculaciones políticas, creo que las suyas son conocidas desde la guerra civil hasta hoy. Yo no caeré en la trampa de desenterrar su pasado político, pero si él lo desea, en el debate público que espero celebremos, podemos exponer las dos biografías y que los abogados elijan.

P. Pedrol le ha aconsejado que tenga cuidado con los apoyos políticos que recibe...

R. Sin embargo, él hasta ahora siempre se apoyó en abogados miembros de partidos, nombrados por las jerarquías de los mismos, aunque para ello tuviera que ampliar el número de miembros de la junta de gobierno.

P. ¿Qué ofrece su candidatura a la gran mayoría de los profesionales de la abogacía, ajenos a inquietudes minoritarias?

R. Ofrecemos una alternativa en la que la renovación y modernización son esenciales. Hay que cambiar la concepción del colegio de abogados y superar las posiciones de un corporativismo trasnochado, según las cuales hay que encerrarse en el colegio, quedarse solos y resistir cualquier fuerza que venga de fuera. Esta postura pudo estar justificada en un régimen dictatorial. En una democracia pluralista con diversos centros de poder e influencia, el colegio de abogados debe ser uno de esos centros, abierto al diálogo con los restantes. El "ya estamos solos" de Pedrol en el congreso de Palma evoca el gueto colegial.

P. Algunos abogados críticos han acusado a esta candidatura de no ser constituyente y ustedes dicen que sí lo es. El hecho es que se han desenganchado. ¿Van a hacer algo para recuperarlos?

R. Cualquiera que lea el programa llega a la conclusión de que, si ganamos, la junta de gobierno será constituyente, porque modificará las normas y renovará el estilo, hábitos y costumbres para convertir al colegio en plenamente democrático.

Colegio influyente

P. ¿Cuál es la principal inquietud profesional de su candidatura?R. Una de nuestras prioridades será la dignificación y mejora de la retribución del turno de oficio, desde posiciones no numantinas ni corporativistas. El colegio debe ser influyente.

P. ¿Cree que no ha sido influyente en la etapa Pedrol?

R. Queremos un colegio en el que el influyente no sea el decano, sino la institución, con participación de todos los colegiados. Un colegio en donde las juntas generales se celebren a petición de un número razonable de abogados y se debatan las propuestas de reforma. Frente a eso, la autodefinición de Pedrol como reformista, tras 16 años de mandato, recuerda aquello de la revolución pendiente del viejo régimen.