El disputado voto
Nunca un escaño de diputado fue tan disputado, o, al menos, protagonizó tanta polémica. Quizá en alguna ocasión ese escaño u otro saltó a la vista del público cuando era notoria la ausencia de su titular, o cuando el que lo ocupaba lo hacía para otros menesteres distintos al de su función, como leer el periódico o dar cabezadas reiterativamente.Pero ahora, como si de una estrella revelación se tratara, ha saltado a la Prensa empezando por dar la mayoría absoluta primero y luego por quitarla.
Independientemente de que lo justo es que el escaño lo ocupe el que por numero de votos le corresponda, sin contar los votos dobles, el ya famoso escaño ha sacado a la luz unos medios de actuación nada limpios por parte de los que a toda costa han querido conseguirlo. Las actuaciones poco o nada éticas de los que tergiversan o manipulan la voluntad popular merecen ser castigadas con todo el rigor de la ley para evitar que su mal ejemplo no cunda en otros avispados medradores.
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