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TERRORISMO CONTRA H. B.

Iñaqui Esnaola, el hombre de la negociación

Iñaki Esnaola Etxeberry es desde hace 10 años el hombre que más ha luchado en Herri Batasuna (HB) por imponer el concepto de negociación.Cuando muchos de sus compañeros soñaban aún con una victoria militar sobre el Estado o simplemente no habían pensado nunca en la salida del conflicto, Esnaola, abogado nacido en Deba (Guipúzcoa) hace 41 años, defendía la idea de sentar a las dos partes a hablar en torno a una mesa. Su convicción le ha llevado a participar en la mayor parte de los intentos serios para abrir un diálogo entre el Gobierno y la organización terrorista ETA.Como tantos otros políticos nacionalistas radicales, hizo sus primeras armas en los ambientes universitarios, de la mano de grupos de defensa de la lengua y la cultura vascas. Pero fue en el ejercicio de la abogacía y la defensa de presos etarras durante la dictadura cuando se vinculó a la izquierda abertzale. Recién licenciado en Derecho, comenzó el ejercicio profesional en San Sebastián como pasante de Juan María Bandrés.

Cuando en 1974 se produjo la ruptura entre milis y polimilis, éstos últimos arrastraron a la casi totalidad del aparato político. Esnaola se quedó prácticamente solo junto a ETA Militar. De ahí procede su influencia posterior, reforzada por una amistad estrecha, rayana en la devoción, hacia el carismático dirigente Txomin Iturbe, fallecido en Argel en 1987.

Iñaki Esnaola está casado con una profesora universitaria y es padre de dos hijos. Los últimos 10 años los ha dedicado casi íntegramente a la defensa jurídica de presos de ETA y a la política.

Contactos

Mediante relaciones directas o indirectas con responsables del Ministerio del Interior ha trabajado con intensidad en los contactos que desembocaron a primeros de año en las conversaciones desarrolladas en Argel.

Hasta en los peores momentos del enfrentamiento con la organización terrorista, ha servido de puente para asegurar la posibilidad de una relación entre ambas partes. Sus amigos le conocen como Puchades en homenaje al futbolista frustrado que reconoce ser. Sus otras pasiones son el tenis y la ópera. Pero confiesa que también se relaja plenamente en sus intervenciones ante los juzgados, por cuenta de una aseguradora, en pleitos sobre accidentes de tráfico.

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Cuando encuentra tiempo se escapa a Deba, en la costa de Guipúzcoa, para salir con una cuadrilla de amigos en la que está representado todo el espectro nacionalista y jugar al parchíscon su madre y su tía. En los últímos meses Esnaola atravesó una profunda crisis en su relación con Herri Batasuna. En julio anunció a varios amigos su intención de abandonar. Había llegado a una sensación de agotamiento personal, veía cerradas las posibilidades de retomar la negociación y se sentía desplazado por la nueva organización de HB, donde los papeles están especializados y queda menos espacio para un hombre-orquesta como él había sido antes.

Sus amigos consiguieron retenerle y situarle nuevamente en cabeza de la candidatura de Guipúzcoa al Congreso. Su huella en la coalición es la de un espíritu libre y poco atraído por la disciplina de la consigna, capaz de adquirir un Renault 21 en plena campaña de las gestoras pro Amnistía contra los productos franceses y de anunciarlo en un periódico. Luego, en pocos meses, el juego de las presiones desencadenado por sus eternos oponentes de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS) le obligó a cambiar el automóvil por un Fiat.

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