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OCTAVOS DE FINAL DE LA COPA DEL REY

El Barcelona ganó con comodidad en San Mamés

Santiago Segurola

La catedral se rindió al juego armonioso y precioso del Barcelona. El talento de este equipo, tantas veces desperdiciado o escondido, se observó en una cancha siempre dispuesta a celebrar el buen fútbol. El rigor y la calidad del Barça impidieron la respuesta de un Athlétic sometido a los designios de un juego combativo pero casi siempre ciego.La eficacia del Barça estuvo originada por la precisión quirúrgica de su juego. Frente a un equipo en estado febril, el Barcelona escogió un discurso metódico y paciente. La diferencia de conceptos permitió un partido abierto, sembrado de matices y casi siernpre interesante.

El duelo estilístico se saldó en favor del equipo dotado con más talento para el juego. La superioridad técnica de los azulgrana rompió el equilibrio del partido apenas comenzado el juego. Siempre a la espera, diseccionando el desarollo del encuentro, el Barcelona comenzó a abrir vías de penetración por medio de Laudrup, El pavor que genera el delantero danés en el viejo estadio bilbaíno viene de lejos. La hinchada asocia su figura al recuerdo del desastre del Athlétic en Turín, el pasado año. Armado con esa extraordinaria velocidad y con un formidable manejo del balón, Laudrup taladró la defensa bilbaína en el viejo Comunale y volvió a destrozarla ayer.

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Una jugada suya apenas comenzado el partido ofreció todas las claves ofensivas para el Barça. El danés tomó el balón en campo del Athlétic, fintó de largo y observó la disposición líneal de la defensa bilbaína. De inmediato sacó un balón profundo y raso que dejó a Beguiristáin en solitario frente a Bíurrun. El extremo no se decidió ajugarse un mano a mano con el guardameta y desperdició la oportunidad, pero la jugada había servido para apreciar los puntos vulnerables de la defensa local.

Todo lo que sucedió desde entonces confirmó la impresión que se había observado en aquel lance. El Barga tomó el balón y el Athlétic cogió la lanza. El arrebato frente al método, la calentura contra el análisis. Esta vez ganó la inteligencia. Aunque el Athlétic pudo sacar partido de la servidumbre que provoca cualquier error en una línea de tres defensas, el Barga comenzó a hincar la piqueta con balones a las bandas. La segunda gran demostración de su super-loridad llegó en el minuto 35, en un contragolpe que acabó con un centro de López Rekarte a la cabeza de Bakero. Sólo la fortuna y los reflejos de Bitirrun le salvaron.

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