Dirigentes del CDS exigirán a Suárez un cambio de estrategia y mayor distanciamiento de los populares

El Comité Ejecutivo Nacional del CDS pedirá la próxima semana al presidente del partido, Adolfo Suárez, que introduzca cambios en el funcionamiento del partido. El primero de ellos debe consistir en que Suárez tenga una presencia permanente ante la opinión pública, hecho que también demandan las propias bases del partido. Además, el CDS debe distanciarse del Partido Popular, lo que se pondrá de manifiesto en la inminente campaña autonómica en Galicia, según informaron fuentes de la dirección centrista.

En el CDS se cree que el PSOE invitará con profusión a sus cargos públicos municipales a que pasen a las filas socialistas, según fuentes de la dirección. Todo ello como consecuencia de su rotundo fracaso electoral.El CDS se ve obligado a abrir una segunda reflexión política en un período de cinco meses ambas motivadas por sendos descalabros electorales: las europeas del mes de junio y las legislativas del 29 de octubre. Los miembros de la dirección del CDS consultados por este periódico aseguraron que el liderazgo de Suárez no está cuestionado, a pesar de los brotes levantiscos de algunas federaciones como la de Madrid, Aragón y Castilla y León, que pueden salir a la luz en las próximas semanas con máxima virulencia. El caso más llamativo es el de Madrid, donde su máximo dirigente, Gerardo Harguindey, tiene un grado de contestación considerable.

Los miembros de la dirección y las personas de confianza de Suárez aseguran que actuarán con firmeza para anular estos brotes. En este sentido, no hay cambios respecto a la fidelidad que rodea a Suárez pero la novedad consistirá, siempre según los dirigentes consultados por este periódico, en que estas personas pedirán por primera vez a Suárez que asuma su responsabilidad y que lidere lo que ya llaman "segunda travesía del desierto". Lo primero que van a exigir a Suarez es su presencia permanente ante la opinión pública, ofreciendo su juicio sobre todas las cuestiones de relevancia, y que actúe como "un opositor" y no como una figura que todavía se reviste "de su aureola de ex presidente del Gobierno". Estas fuentes afirman que la necesidad de la palabra de Suárez es perentoria tanto para que se oiga en la sociedad como para la propia militancia ahora que el partido debe atravesar una etapa en la que durante meses se va a considerar al CDS como especie a extinguir, según previsiones de sus propios dirigentes.

Los mismos portavoces indicaron que la no concesión de entrevistas a algunos medios, entre ellos a este periódico, "echaron por tierra buena parte de la campaña electoral" y lo ponen como ejemplo de situaciones que no pueden repetirse.

Discurso ético

La actuación en el Parlamento de los cargos electos del CDS será muy diferente y, conscientes de su exigua representación, abandonarán un tanto las propuestas alternativas para incidir en lo que fue su estrategia entre 1982 y 1986 -primera travesía del desierto- basada en un discurso "ético y radical".

En una actitud defensiva los dirigentes del CDS aseguran que desde las elecciones del domingo ya se han producido casos de "invitaciones" del PSOE a cargos públicos municipales del CDS para que pasen a sus filas y aseguran "que se seguirán produciendo". El siguiente trance para los centristas se dará en las autonómicas gallegas del mes de diciembre en las que Adolfo Suárez va a participar plenamente. Según las previsiones, el CDS se distanciará absolutamente del PP para paliar en lo posible la ofensiva de los socialistas que les colocará en el mismo paquete.

Asimismo, tampoco esperan buen trato de los populares, pero aseguran que eso no les preocupa. Pasadas las elecciones, el CDS celebrará su congreso en el que Suárez será presidente y se impondrá ante las posibles críticas que se hagan a José Ramón Caso como secretario general.

Un portavoz crítico aseguraba que Suárez es consciente de que las "bofetadas" que debería haber recibido se las ha llevado Caso. La segunda reflexión del CDS ya no girará en tomo a los perjuicios de los pactos con el PP porque sobre ello se extendieron tras las europeas y sus consecuencias han llegado hasta el 29-O, cuando parte de sus votos lo han recogido los conservadores.