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LA BATALLA POR EL VOTO

Las reflexiones de Adolfo Suárez

El líder centrista reitera en los mítines su crítica frontal al PSOE

Adolfo Suárez, candidato del Centro Democrático y Social (CDS) a la presidencia del Gobierno, comienza sus mítines, después de saludar a los asistentes, dando las gracias a "Ias personas que siendo simpatizantes o militantes de otras formaciones políticas están aquí esta noche". Con ligeras variaciones locales, el discurso siempre es el mismo. En ocasiones cambia el orden, pero los bloques no varían."Me resultaría entretenido", suele empezar, "actuar como otras formaciones políticas que no explican su programa y sólo se meten con los líderes de otros partidos a base de chistes, gracias y gracietas". Después hace una reflexión sobre el paso a la democracia: "Ya terminó la euforia los años en los que lo importante era poder votar, en los que nuestro país caminaba hacia la libertad y el juego limpio".

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Esta evolución, para Suárez, ha creado un sistema de valores propio en un país "austero y trabajador". Los primeros días de la campaña añadía el adjetivo "quijotesco", pero lo suprimió. Los valores a los que hace referencia son el trabajo y la libertad. "Los siete años de Gobierno socialista han puesto en duda este sistema de valores", afirma. "La corrupción se extiende por toda España y los únicos que progresan son los especuladores, los corruptos y los pícaros, los que compran por 10 y por veden por 100".

"El voto de ustedes"

Desarrolla este argumento y concluye diciendo: "El carné del partido socialista se ha convertido en un instrumento para transitar por las administraciones públicas". Para combatir esto, dice Suárez, "hemos de progresar en los valores democráticos; en la libertad y en el rechazo de los compromisos partidistas".

"El voto de ustedes", comienza el segundo argumento del discurso, "afecta a aspectos sustanciales de nuestra vida. Se impone una reflexión: ante todo, creo que hay que votar. La abstención o la pasividad es la peor forma de resolver los problemas que padecemos. Si tuviera que elegir", afirma elevando el tono de su discurso, "entre que ustedes votaran al CDS o que participaran, les pediría en primer lugar que participaran". En este punto vuelve al mensaje socialista, que es de "resignación". "La situación que se nos quiere presentar es que se han puesto en marcha todos los resortes para resolver los problemas de la economía, del transporte, de la sanidad y de la justicia".

Aquí comienza la construcción del mensaje del CDS. "Es mentira que los socialistas sean inevitables. Podemos evitarles". Arranca el primer gran aplauso. "Quisiera convocarles a mejorar las cosas". Afirma que su programa se puede cumplir, en contra de la afirmación de los socialistas. "Los que niegan que el programa se puede cumplir", dice introduciendo uno de sus principales argumentos, "son los mismos que nos decían que la mil¡ en tres meses era pura demagogia".

"La mayoría de los jóvenes están en contra, por puro sentido común, del servicio militar, que no es más que una pérdida de tiempo y que no sirve para cumplir el mandato constitucional que tienen encomendadas las Fuerzas Armadas". Las demás fuerzas políticas han plagiado al CDS, pero es un mal plagio. "Creo que igual que en este tema hemos ido abriendo un camino que han seguido los demás, así ocurre y ocurrirá en otras facetas de nuestra vida cotidiana".

El líder del CDS hace una serie de llamamientos: a los jóvenes, a los jubilados, a los que quieren conservar el medio ambiente, a los profesionales de la sanidad y a los enseñantes. Pide el voto y concluye el mitin diciendo que el principal cambio que se produciría, caso de ganar el CDS, sería en el talante de gobernar.

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