La Administración exigirá una amplia modernización de la seguridad
CARLES COLS El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) puede retrasar seriamente una eventual reapertura de la central nuclear Vandellòs 1, en Tarragona, y exigir a la empresa propietaria de la misma, Hifrensa, una amplia modernización de sus sistemas de seguridad, cuya instalación no se hubiera exigido de no haberse registrado el incendio del pasado jueves, según aseguraron ayer fuentes de la Administración central. El retraso de 30 minutos con que el CSN fue informado del accidente ha originado un gran malestar en el organismo de control nuclear, que piensa ser inflexible. con la central, aunque en ningún caso, por ahora, se baraja la posibilidad de decretar su cierre.
Un primer análisis realizado por técnicos de la Administración apunta la posibilidad de que si el CSN fuera benévolo, la central podría volver a funcionar en poco tiempo a mitad de su rendimiento -unos 250 megawatios
Reparación barata
Hifrensa, un consorcio que agrupa a las compañías FECSA, ENHER, Hidroeléctrica de Cataluña-Hidrola, Hidroeléctrica del Segre y EDF, aún no ha realizado un cálculo exhaustivo de los daños sufridos, pero la reparación de los mismos no es, a juicio del director de la central, Carlos Fernández Palomero, suficientemente cara como para plantear el cierre definitivo de Vandellòs 1 con 13 años de antelación sobre la fecha prevista.
En el seno del CSN se está planteando la posibilidad de exigir a la central la modernización de sus instalaciones. El CSN considera necesario que Vandellòs 1 incorpore las mismas innovaciones tecnológicas que su central gemela, la francesa Saint Laurent des Eaux, que se sometió a un plan de actualización tras las experiencias adquiridas a raíz del accidente nuclear de Chernobil. A estas medidas habrá que añadir la sanción económica que finalmente decida imponer el Ministerio de Industria si el organismo nuclear determina que hubo negligencia.
Todas las fuentes consultadas vinculadas a la decisión de un posible cierre de la central creen que, de momento, es desmedido apuntar esta hipótesis. Cualquier decisión depende del resultado del informe que el CSN realizará a partir de los datos que cinco inspectores están recogiendo en Tarragona.
En cualquier caso, si no hay cierre gubernativo, los propietarios podrían considerar la posibilidad de no reabrir la central si entendieran que la inversión necesaria para modernizarla es desproporcionada, teniendo en cuenta que su permiso de explotación caduca en el año 2003.
La represalia administrativa dependerá del debate interno que haya en el CSN.
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