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GENTE

Marina Ogilvy

O el coqueteo real con la Prensa popular

La familia real británica hace para su pesar, las delicias de la Prensa popular londinense, cuyo sensacionalismo, afán de manipulación y despego de la verdad han arrojado a la profesión periodística a simas nunca vistas de desprestigio. Hasta ahora eran los periódicos amarillos los que hurgaban en las interioridades robadas de la realeza, pero los tiempos cambian que es una barbaridad, y hoy, elementos marginales de esa misma familia real ofrecen sus intimidades al mejor postor como el más vulgar de los plebeyos.Marina Ogilvy, que ocupa e puesto 24º a la sucesión al trono de la corona británica, es la protagonista de la última historia que está creando una enorme polémica.Marina tiene 23 años y hace tiempo que dejó la casa de sus padres, la princesa Alejandra (prima hermana de la reina Isabel II de Inglaterra) y sir Angus Ogilvy, para irse a vivir con un fotógrafo, Paul Mowatt, de 26 años. Los padres, que según la joven Ogilvy, repudiaron esa relación y prohibieron la entrada en casa de Paul, no estaban preparados para lo que les esperaba. Cuando Marina les comunicó hace unos días que estaba embarazada de dos meses sólo pudo escuchar un ultimátum: aborta o cásate inmediatamente, en medio de apelaciones al respeto debido a la reina, al país y a la Iglesia.

A Marina -que rechaza ambas propuestas y es el primer miembro de la familia real implicado en un embarazo ilegítimo- le faltó tiempo para ir a contar su historia a Today, uno de los tabloides más ambiciosos de la agresiva Prensa popular de las islas, donde se despachó a gusto contra la hipocresía y otras lacras de sus padres. El escándalo estaba servido. Los Ogilvy se enteraron por el periódico de la versión de los hechos ofrecida por su hija y emitieron un escueto comunicado en el que hablaban de inexactitudes y negaban que hubieran echado a Marina de casa.

Eso ocurría el lunes. Ayer, los otros tabloides, privados de la exclusiva que había publicado el periódico de Rupert Murdoch, la emprendían contra Today, al que acusaban de haber pagado 100.000 libras (casi 20 millones de pesetas) a Marina por la información y publicaban presuntos detalles de la entretela de la historia que arrojan una luz poco favorecedora sobre Marina. Today respondió como cabía de esperar, y, para carcajeo de quienes le conocen, tildaba a sus críticos, en particular al Daily Mail, de mentiroso y populachero.Marina, tenida a buen resguardo por Today, desmintió ayer al Mail y, según otro de los sabuesos que andan tras la historia, está aterrada por las repercusiones que ha tenido su caso. La joven ha pedido ayuda por carta a su "querida prima Lilibet" (la reina Isabel II) para salir del atolladero familiar, pero la soberana está en Singapur, camino de la inminente cumbre de la Commonwealth en Kuala Lumpur, y no ha respondido, que se sepa, al llamamiento.

Uno de los primeros consejos que le daría la reina Isabel -que recientemente fue indemnizada por las injerencias del Sun, otro rotativo de Murdoch- sería que dejara de hablar a tales periódicos. La BBC y la Prensa seria no han tocado el caso o lo han hecho de refilón, pero el consejo regio llegará tarde: Marina abundó ayer en declaraciones al Today sobre el agobio de pertenecer a la familia real.

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