_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Campaña

Una vez más me encuentro al inicio de la campaña electoral conduciendo al volante de mi propio clítoris y sin síntomas evidentes de que la estepa erótica que nuestros líderes hollarán a lo largo de los próximos días recoja no ya una lluvia dorada sino al menos una inseminación de estar por casa.Si la paliza que el ciudadano va a recibir de forma inminente e inmisericorde promete ser de campeonato el vapuleo al que los periodistas que seguiremos a los candidatos en sus caravanas por la alegre mañana nos veremos sometidos es de poner los pelos de punta. Pocas cosas más escalofriantes en el terreno informativo -y he visto unas cuantas- que ese político carismático que se desayuna en el autocar a horas impresentables mientras suelta necedades como puños y las miguitas del bollo se le caen solapas abajo. Además, hay que tomar notas en pleno traqueteo, el café se enfría o se vuelca, o las dos cosas a la vez, y flota en el aire, por si fuera poco, una mezcla de perfumes y maquillajes de emergencia que las componentes femeninas de la expedición expanden por doquier en un intento, generalmente vano, de perder ese toque a lo película de terror de Roger Corman que se apodera de los semblantes al tercer día de gira.

En casos como éste, pese a ser mujer de recursos, me encuentro desarmada, y ni siquiera se me ocurre un consejo con el que reconfortar al electorado, salvo, quizá, el de adoptar un talante resignado y adquirir, quien no lo tenga, un buen aparato de vídeo con el que ver antiguos filmes -aunque sean coloreados- en donde aparezcan buenos actores haciendo de secundarios, en lugar de mediocres segundones tratando de darse el pegote de protagonistas. Al fin y al cabo, votar, que es lo que importa, lo vamos a hacer igual, y cada cual sabe a quién, o debería saberlo, digan lo que digan ellos.

Es más, creo que votaremos más y mejor si no les escuchamos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_