El Ejército galo abandona el caqui y vestirá en "color tierra de Francia"

El Ejército francés abandonará el tradicional color caqui de su uniforme y vestirá, a partir de 1991, una indumentaria "color tierra de Francia" diseñada por Pierre Balmain, el modista preferido por el primer ministro, Michel Rocard, que en 1986 había creado ya el nuevo traje de la policía parisiense.El ministro de Defensa, Jean-Pierre Chévénement, anunció ayer la innovación en unas declaraciones radiofónicas en las que aclaró que el "color tierra de Francia" es "una especie de grisazul o gris perla bastante elegante". "Hemos hecho desfilar a los militares sobre un pequeño podio, hemos hecho un sondeo y hemos elegido el color tierra de Francia", dijo Chévénement, quien agregó que esta opción a favor de un uniforme "modular, moderno y contemporáneo" acabará con los ocho trajes distintos utilizados hasta ahora.

El Ministerio de Defensa convocó a grandes modistas como Cacharel, Ted Lapidus o Balmain, quien ha sido finalmente el afortunado elegido. Fuentes de la casa Balmain, quizá contagiadas del lenguaje: militar, aseguraron que el nuevo uniforme está aún "en estado de prototipos" y anunciaron una próxima presentación oficial.

"La idea de revalorizar el uniforme, de hacer que nuestros soldados estén orgullosos de pasearse en uniforme, me place", señaló Chévénement. La revalorización del uniforme coincide con otra revalorización: la de la ley de programación militar, que ayer por la tarde empezó a ser discutida en la Asamblea Nacional y que prevé un presupuesto de 437.800 millones de francos (más de ocho billones de pesetas) para cuatro años. Los créditos han sido reducidos, según la oposición, en un 10%, circunstancia que provoca. el rechazo de la derecha, por lo que el Gobierno deberá probablemente comprometer su responsabilidad ante la Cámara para aprobar la ley.

La anterior ley de programación militar contó con el apoyo de neogaullistas y giscardianos, además de los socialistas. La reducción presupuestaria causó un serio enfrentamiento en el Gobierno, que hubo de ser saldado con el arbitraje del presidente de la República.