Una para todos
El mercado de valores madrileño vivió ayer una jornada en la que una sola consigna, vender, determinó las actuaciones de la mayor parte de los operadores. Como consecuencia, se impusieron las realizaciones de beneficios. Los goteos a la baja sufridos por algunos valores en la jornada anterior se convirtieron en goteras en algunos casos.La mañana se inició con presión del papel, en un movimiento que llegó a poner nerviosos a quienes no encontraban razones para tal movimiento dada la tendencia con la que finalizó la sesión anterior. Sólo el mercado continuo, con más firmeza que el tablero a lo largo de la mañana, moderaba los temores. Al final, ni siquiera el mercado continuo consiguió aminorar la corrección a la baja del índice general.
Con un volumen de negocio que, a pesar de su disminución, todavía permite hablar de fondo firme en el mercado, el mayor varapalo fue para el sector de la construcción. Las eléctricas y los bancos se sumaron a los goteos, con descensos apreciables en algunos valores. Sólo los grupos de comunicaciones y alimentación mantuvieron la moderada tendencia al alza de jornadas atrás.
Explicaciones para el descenso: variadas y para todos los gustos. Desde mal de altura, a reajuste de consolidación, pasando por la influencia de los mercados exteriores, la posición de la peseta, el retraimiento de la inversión extranjera y las recogidas de beneficios por parte de instituciones y barandilleros. Al cierre existía mayor equilibrio entre dinero y papel, sin llegar a cambiar la tendencia de la mañana.
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