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Estados Unidos recupera la Copa de América tras una nueva sentencia judicial

El trofeo de la Copa del América, depositado en la caja fuerte de un banco de Manhattan, sólo ha estado seis meses y 22 días en poder del club Mercury Bay Boat, de Nueva Zelanda. Derrotado en el agua en septiembre de 1988, y vencedor en los tribunales en el pasado mes de marzo, el Mercury perdió de nuevo la Copa del América el martes en una nueva sentencia judicial, tras un recurso presentado por el club de yates de San Diego, en un nuevo capítulo de una querella que dura dos años. Michael Fay, el multimillonario neozelandés que patrocinó al Mercury, ha calificado la decisión de "deshonrosa" y ha anunciado la presentación de un nuevo recurso.

Los jueces del Tribunal de Apelación del estado de Nueva York revocaron, con cuatro votos a favor y uno en contra, la decisión de su colega Carmen B. Ciparick, que había descalificado al club de San Diego, el pasado mes de marzo, por utilizar un multicasco -un catamarán- Según Ciparick, el multicasco contravenía el espíritu del texto Deed of gift, que rige la Copa del América desde hace 137 años.El pasado martes, los jueces cambiaron la decisión, al considerar que el reglamento sólo impone restricciones respecto a la longitud y a la quilla, pero no especifica el tipo de barco que pueda ser utilizado. "El catamarán (le San Diego era un barco aceptable, ganó las dos regatas y, por lo tanto, es el poseedor de la Copa del América de acuerdo a los términos del Deed of g¡ft", sentenciaron los jueces de apelación.

En un documento de 30 páginas, los jueces parecen reprochar a su colega Ciparick el haber promulgado una regla, bajo su única responsabilidad, que no estaba incluida en el Deed of gift, y que, por lo tanto, iba contra el espíritu de la Copa del América. Según los jueces, nada impedía, debido al silencio del reglamento sobre este aspecto, que el San Diego utilizase un multicasco. Si la votación de los jueces hubiese sido de 3-2, el club neozelandés tendría derecho a un recurso automático, mientras que con el 4-1 -o el 5-0, si se hubiese producido-, deberá solicitar- primero el derecho a la apelación. Según expertos legales, sólo existe un 10% de posibilidades de que el caso vuelva a ser estudiado por un tribunal, y es prácticamente imposible que la decisión sea revocada, "primero, por lasensibilidad nacional que existe sobre el tema, y, después, porque el Mercury ya no tiene argumentos legales de peso".

Michael Fay, sin embargo, ha anunciado que va a seguir luchando. "Vamos a ganar", dijo el millonario neozelandés, .y si no lo conseguimos, el espíritu deportivo y la Copa serán lanzadas por la ventana".

Dennis Conner, el estadounidense que dirigió al barco Barras y estrellas en su victorioso desafio contra los neozclandeses, dijo: "Espero que todo acabe pronto, para beneficio de la edición de 1992. Quiero ganar la Copa en el agua, y nunca más en los tribunales".

Desconfianza

Por su parte, el australiano Aland Bond, ganador de la edición de 1983 que acabó con el dominio de 132 años del club de yates de Nueva York, dijo: "La decisión judicial significa el final de la Copa del América tal como la conocíamos hasta ahora, si no se produce un retorno a un consenso racional. Se ha creado un ambiente de desconfianza que cambia la competición".La edición de 1992, para la que España prepara un barco, será disputada obligatoriamente por monocascos de 33 metros, según los cambios del reglamento. "Hay que conocer cuanto antes el final de esta historia", dijo ayer Marc Pajot, que dirige el proyecto francés. "Hay que saber si la prueba será en Nueva Zelanda o en Estados Unidos, porque es un proyecto que implica a 20 equipos de 70 personas cada una".

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