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La hoz, la media luna y el hisopo

El mosaico de pueblos de la Unión Soviética se encuentra dividido tanto desde el punto de vista religioso como étnico. El pasado domingo, más de 100.000 católicos de Ucrania occidental se manifestaron en Lvov para reclamar la legalización de su Iglesia uniata, de la que Stalin estaba convencido que estaba acabada, para mayor gloria de la Iglesia ortodoxa rusa. De rito bizantino, estos millones de católicos obstinados no quieren romper con Roma, pero tampoco quieren adoptar el rito latino, que es el de los católicos en los países bálticos. Clandestinos hasta ayer, se lanzan a la calle para pedir a la vez el derecho a la religión de su elección y una mayor autonomía de Ucrania. Las reivindicaciones religiosas van a menudo unidas a las reivindicaciones nacionales y pueden ser un factor más de atomización del imperio. La Iglesia ortodoxa nunca ha negado su apoyo al régimen en nombre del paneslavismo. Gorbachov no tiene interés en humillar a los príncipes de una Iglesia así sometida. Aunque sea dificil de observar, el deshielo afecta cada vez más a las repúblicas musulmanas de Asia central. El 30% de los niños rusos está bautizado, y el 90% de los niños musulmanes soviéticos, circuncidado. Si Gorbachov piensa en Líbano debe reforzar su convicción de que hay que desmontar la bomba heredada de los zares, cuya potencia se multiplicó a causa de Stalin y su desastrosa política de las nacionalidades. 19 de septiembre

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