Selección nocturna
Referente al artículo publicado en EL PAÍS el día 30 de agosto, sobre el suceso acaecido el domingo día 27 en la discoteca ¡Oh! Madrid. En él se mencionaba la embestida de un grupo de jóvenes con su vehículo a los porteros de la citada discoteca, tras la negativa de acceso a la misma sin causa justificada.Cada semana espero impaciente la llegada del viernes con ánimo de liberar las tensiones acumuladas y pasarlo bien. Pero la noche madrileña hace que los deseos de la gente, como los míos, queden frustrados ante numerosas negativas y obstáculos. Es el momento en el que surge la violencia, como en el caso anterior, o recurres a la vía legal solicitando el libro de reclamaciones, en la mayoría de los casos denegado.
Resulta ingrato y absurdo admitir que en determinados sitios, y cada vez más, se haga una selección de clientela en la que tú quedas fuera de lugar. ¿En qué está basado este tipo de selección? Es a la pregunta que llegas cuando alguna vez el portero de cierto local de moda se ha sentido magnánimo y te deja pasar. Allí no encuentras personas de raza superior ni beautiful people, tan sólo gente. Fiesta privada, invitación, tarjeta de socio o, en caso masculino, ¡calcetines blancos! A este paso dentro de poco se nos preguntará a nosotras el color de nuestra lencería. ¿Hasta qué punto esto es legal? Haces cola en la puerta de un sitio donde seguramente consumirás, donde no se regala nada, y sin embargo no puedes entrar.
La nombrada movida madrileña, de la que me considero partícipe, nos excluye de ese mundo ficticio que se crea cuando llega la noche y al que sólo tiene acceso un determinado grupo de gente. La cuestión es: entramos todos o no entra nadie.
Así que, si se da el caso de no ser aptos, confío en que este invierno no sea muy frío y podamos bebernos unas latas y bailar al ritmo de un radiocasete en el parque del Retiro.-
Madrid.
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