Un juez de Barcelona decreta el depósito de las acciones del grupo Camp que fueron adquiridas por Benckiser

El Juzgada de Primera Instancia número cinco de Barcelona ha decretado el depósito de las acciones del grupo Camp que fueron adquiridas por Benckiser el pasado mes de julio. Así, no podrán ser transmitidas hasta que quede restielto el litigio que mantienen desde que Procter & Gamble inició las acciones legales correspondientes al considerar que se había roto unilateralmente el compromiso de compra firmado con los hermanos Camp por un importe total de 31.700 millones de pesetas.Los representantes legales de los hermanos Camp consideran, sin embargo, que no existió un compromiso formal y que una vez finalizado el plazo acordado inicialmente quedaban libres para vender a otro comprador. Esto ocurrió al día siguiente de finalizar el plazo, vendiendo las acciones en cuestión a la firma alemana Benckiser por 36.000 millones de pesetas. Fuentes de esta compañía señalon que a últiina hora de la tarde de ayer no habían recibido ningún comunicado judicial en ese sentido.

Según el auto del juzgado, con fecha 9 de septiembre, presentado el día 5 con requerimiento de urgencia por parte de Procter & Gamble, se "demuestra la falta de buena fe" de los compradores demandados y se decreta, al amparo del artículo 1428 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el depósitojudicial, en el Banco Español de Crédito, "con expresa prohibición de su transmisión a terceros o gravamen hasta tanto no quede resuelta la cuestión litigiosa principal, de las acciones correspondientes a las compañías del grupo Camp que fueron adquiridas por Benckinser."

El importe de la transacción definitiva está cifrado, según el auto, en 37.000 millones de pesetas, por lo que el importe de los daños y perjuicios que se puedan seguir por la inmovilización y el depósito de todas las acciones del grupo CAMP se ha fijado en 3.000 millones de pesetas, que han sido desembolsados por Procter & Gamble como condición previa a la adopción de las medidas solic itadas.

Un tribunal arbitral de tres miembros, sobre cuya composición todavía no hay acuerdo entre los representantes legales de los hermanos Camp y los de Procter & Gamble, tendrá que pronunciarse definitivamente sobre el litigio.