Sobre las drogas
La Asociación Española de Espectadores de Televisión hizo público recientemente un comunicado en el que protestaba por la "apología de la droga", realizada el lunes 21 de agosto por uno de los invitados al programa Tribunal popular. A través de su presidente, Antonio Olivares, dicha asociación manifestaba haberse quedado "estupefacta" por la "inconsciencia e irresponsabilidad" del invitado en cuestión, y concluía sentenciando que "sólo falta que alguien desde un medio público se atreva a aconsejar el uso de la droga".Justo es reconocer que en el mencionado programa se vieron algunas escenas que provocaban cuando menos estupefacción. Para quedarse estupefacto era asistir a la manipulación que se hacía de cifras facilitadas por el mismísimo Ministerio del Interior, manejo que el fiscal Javier Faz dirigía por medio del sofisma más descarado y absurdo. Para quedarse estupefacto también era la forma en que se utilizaron las declaraciones de los afectados directos, todos representantes de clases marginales (como si en la alta sociedad no se consumieran drogas), declaraciones que se presentaron al público con el sensacionalismo más atroz. Hacia el final del programa aparece un invitado inteligente y capaz de exponer con claridad sus ideas -algo que no consiguió ninguno de los participantes en el juicio-. Pues bien, resulta que al señor Olivares le parece una irresponsabilidad. Efectivamente, es para quedarse estupefacto.
La droga es un grave problema, entre otras cosas porque no se sabe absolutamente nada de ella. La represión ha demostrado ser ineficaz, y asustar a la gente con informaciones catastrofistas tampoco parece muy adecuado. Es necesario debatir sobre el tema, pero en un foro abierto en el que cada cual pueda verificar datos y decir lo que piensa. Hay un dicho que señala: "Los hechos son sagrados, las opiniones libres". En Tribunal popular se machacaron los hechos, y la Asociación de Espectadores de Televisión pretende ahora coartar las opiniones. De la represión, según parece, es difícil sacudirse por completo.-
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