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Fracasa la conferencia de paz sobre Camboya, tras un mes de negociaciones

Todas las esperanzas puestas en lograr un acuerdo de paz que pusiera fin a los 20 años de guerra en Camboya se han desvanecido. Los 18 países y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que pretendían ser los garantes de la reconciliación nacional y de la reconstrucción económica de Camboya, han visto frustrada, por el momento, cualquier expectativa de arreglo.

Cada parte implicada en el conflicto responsabiliza al contrario del fracaso. "No firmaremos ningún acuerdo parcial que no recoja un mecanismo de control internacional de las Naciones Unidas", dijo ayer un miembro de la delegación de Singapur, en respuesta al plan parcial propuesto por Vietnam. Este invitó a "expertos internacionales" a supervisar la retirada de sus tropas, ya que el Gobierno camboyano se niega a permitir la entrada en el país a los cascos azules o a los observadores de la ONU, hasta tanto esta organización no deje vacante el escaño de Camboya, actualmente ocupado por la resistencia armada que encabeza Norodom Sihanuk.

Papel mojado

Francia, que había puesto toda la carne en el asador para lograr un arreglo pacífico en su antigua colonia, se negó durante todo el día de ayer a firmar un documento final lleno de alabanzas al papel jugado por París y sin contenido alguno. El documento era un papel mojado, que se limitaba a indicar que "en su momento oportuno" las delegaciones volverían a reunirse.El documento finalmente aprobado está redactado con menos florituras y se atreve a pronosticar una nueva conferencia "en un plazo de seis meses".

La sombra de la guerra civil planea sobre Camboya, a partir del 27 de septiembre, cuando ya no quede un solo soldado vietnamita en el país. Sihamik emitió ayer un comunicado criticando a quienes hablan de disputas entre los tres partidos de la resistencia armada: el suyo, el del pronorteamericano Son Sann y el del prochino Khieu Samphan.

"El día en que el colonialismo vietnamita, bajo sus diferentes formas, haya desaparecido de Camboya, el régimen provietnamita de Hun Sen desaparecerá también. Es decir que la llamada disputa entre las facciones jemeres no es más que entre el colonialismo y la resistencia", afirmó.

Un portavoz de Son Sann insistió en que no debía de considerarse la conferencia como un fracaso, sino como un "firme primer paso" hacia la paz. "Lo importante es que nos hemos sentado las cuatro facciones juntas.

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