La hora del relevo

A la espera de la concesión de los premios Emmy de este año, que se llevará a cabo en los próximos días, se han hecho públicos en Esta dos Unidos los datos de audiencia correspondientes a la última temporada. El año está marcado por un claro aire de cambio general, que tiene como prueba más clara la finalización de algunas de las series clásicas durante los últimos años, como Luz de luna, Corrupción en Míami, Falcon Crest, Dallas, Family ties o Knots landing.

Pese a todos los cambios, Bill Cosby, por cuarto año consecutivo, figura al frente de la clasificación de mayor audiencia. Sin embargo, su cómoda ven taja de otros tiempos se ha reducido sensiblemente. Durante la temporada 1988-1989, en más de un millón y medio de hogares se dejó de sintonizar el popular show. Su porcentaje de audiencia sigue siendo todo un récord, ya que se trata del único espacio de emisión regular que consigue mantener ante la pantalla a más del 40% de los espectadores en su bloque de programación.

Cifras como las alcanzadas por Bill Cosby son casi un sueño en el modelo televisivo norteamericano, donde las grandes cadenas están perdiendo audiencia año a año. La pasa da temporada, las tres cadenas nacionales (NBC, CBS y ABC) mantuvieron el 67% del total de la audiencia. En los últimos 12 años, los canales de cable y satélite les han arrebatado más de un 30% del mercado, y sus expectativas no son nada optimistas.

Lucha entre cadenas

En la lucha entre las tres cadenas, la NBC mantiene el liderazgo que ha conocido de forma casi monopolística en los últimos cinco años. La CBS y la ABC han conseguido reducir ligeramente su desventaja so bre la cadena que en esta década ha conseguido los programas de mayor éxito. De los 20 programas más seguidos por los telespectadores, 12 son de la NBC.

En la pasada temporada, el programa más visto, un año más, fue la final de fútbol americano, la Super Bowl, que fue seguida en el 43,5% de los hogares (alrededor de 40 millones de televisores conectaron con la retransmisión en directo).

Para los Emmy de este año se espera una vez más la desavenencia entre el gusto de los espectadores y la academia encargada de otorgar los premios. Las dos series galardonadas el pasado año han obtenido durante la temporada porcentajes de audiencia inferiores incluso a los que tuvieron el pasado año. La comedia ganadora, Los años maravillosos, ha pasado del puesto 10º al 22º.

Treinta y tantos, que se emitirá en TVE dentro de pocas semanas, se mantiene en el puesto 37º, aunque con un porcentaje inferior al año anterior. Los nuevos Emmy tampoco parece que coincidirán con los gustos de los espectadores, a la vista de las nominaciones anunciadas.

Respecto a las novedades, destacan algunas series que muy pronto podremos ver en España. La gran revelación del año ha sido Rosseanne, adquirida ya por los canales autonómicos.

Otra de las triunfadoras, la clásica Cheers, podrá ser vista próximamente dentro del espacio de tarde que va a dirigir Jesús Hermida. Lugares también destacados ocuparon otras dos nuevas producciones, Empty nest (Nido vacío), realizada por el mismo equipo creativo de Las chicas de oro y Dear John (Querido John).

En el lado negativo destaca el triste cierre de algunos de los grandes seriales de años anteriores que parecen haber perdido el favor del público.

Luz de Luna se despidió entre bostezos; Corrupción en Miami llevaba ya tiempo sin ser lo que fue; por último, los grandes seriales de amor y lujo, Falcon Crest, Dalias y Knots landing, se han marchado sin que aún los más desconfiados se lo lleguen a creer de verdad.