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Huelga y manifestaciones en Bakú a favor de más autonomía política y económica

Alrededor de 150.000 personas se manifestaron ayer por la tarde en la céntrica plaza Lenin, de Bakú, capital de la república soviética de Azerbaiyán, para pedir mayor autonomía económica y política a las autoridades del Kremlin. Los trabajadores de 36 de las mayores empresas de Bakú paralizaron sus fábricas en respuesta a una convocatoria de huelga general hecha por el Frente Popular Azerbaiyano, un movimiento informal que lucha por mayor autonomía y por una aplicación más acelerada de la perestroika en esta república musulmana del Cáucaso."La mitad de las empresas de la ciudad están paralizadas", dijo Ekhsidar Mamedov, líder del Frente. El comercio y los transportes de la ciudad, sin embargo, funcionaron ayer sin interrupción, según informaron fuentes periodísticas locales. Al parecer, tampoco había paralizado la producción petrolífera, principal fuente de ingresos de la república.

Los dirigentes del movimiento anunciaron una nueva huelga general para septiembre si sus demandas no son atendidas. La huelga fue convocada para obtener el reconocimiento legal del Frente y el pleno control del territorio de Nagorno Karabaj -de mayoría armenia- por parte de Azerbaiyán.

Destitución de los comunistas

Los dirigentes del Frente también demandan la destitución de la plana mayor del partido comunista local, a la que acusan que bloquear las iniciativas de reforma y transparencia informativa impulsadas por el líder soviético, Mijail Gorbachov.En Nagorno Karabaj la situación se ha agravado seriamente, según la agencia soviética Tass, y las comunicaciones se encuentran "prácticamente bloqueadas". Ante ese aumento de la tensión, las autoridades militares y el Ministerio del Interior han adoptado "medidas complementarias" para mantener el orden, indicó la televisión soviética.

Entretanto, los trabajadores rusos de Estonia mantenían ayer por sexto día consecutivo su huelga, en protesta por una ley electoral aprobada la semana pasada por el parlamento estonio que restringe el derecho de voto de los ciudadanos no autóctonos. La huelga amenaza deteriorar más aun las relaciones entre las comunidades estonia y rusoparlante, que exige la presencia de una comisión del Gobierno central para negociar.

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