Aviso para navegantes

Acabo de leer en una revista especializada que se han adoptado medidas de seguridad para embarcaciones de hasta nueve metros de eslora. Yo, que soy una navegante habitual (invierno y verano), tengo en mi embarcación los elementos que ahora se solicitan; por tanto, podría decir que me anticipé a la normativa.Los que navegamos todo el año creo que somos más conscientes de los riesgos del mar y que, como lo conocemos bien, sabemos disfriatarlo y evitar en la medida de lo posible riesgos innecesarios. Esto no lo veo entre los navegantes de verano; no sé si por desconocimiento o por inconsciencia total y absoluta, estos últimos pasan de toda medida precautoria. Así es muy normal que los que navegamos utilizando lo que el mercado pone a nuestra disposición en materia de seguridad y respetamos los días inadecuados para la navegación no saliendo en busca de aventuras que pueden ser muy peligrosas, somos los mismos que en verano nos toca rescatar a los navegantes inexpertos y a los que creen que la valentía es mayor cuantas menos seguridades tomes.

Todo esto viene a cuento de que ayer -31 de julio de 1989- rescaté a uno de estos navegantes cuando se hallaba a la deriva y estaba absolutamente desesperado. No sé qué le hubiera ocurrido si yo, o cualquier otro, no hubiéramos pasado cerca en el momento oportuno. Hablé mucho rato con él y le hice ver que no llevaba lo más mínimo a bordo en materia de seguridad y su embarcación no estaba preparada para salir a mar abierto; resulta, además, de la conversación que tuvimos que sus conocimientos de náutica eran bastante sólidos. Por fin logré saber el porqué de tanta inconsciencia: ¡es que nuestro amigo no tenía miedo! O sea, que lo que sucedía era que le importaba más la opinión de sus amigos y hacerse el valiente que utilizar lo que sus conocimientos náuticos le indican, y ¡con los que está absolutamente de acuerdo! Prometió rectificar.

Así pues, felicidades a quien corresponda por esta normativa que se acaba de poner en vigor, y avisar a todos los amigos del mar de que las normas no sirven de nada si no las seguimos adecuadamente.-