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La Comunidad elabora un plan para construir entre 2.500 y 4.800 viviendas para menores de 30 años

La Comunidad de Madrid, en colaboración con el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), los ayuntamientos que deseen sumarse al proyecto, las universidades que deseen participar en el programa y otros organismos, ha elaborado un Plan de Vivienda Juvenil por el que se construirán, comprarán o se subvencionará la compra de entre 2.457 y 4.790 alojamientos. Las casas están destinadas sólo a jóvenes menores de 30 años. Para facilitar el acceso a las mismas, el plan crea figuras de actuación inéditas, como la autoconstrucción de las viviendas, la subvención a los alquileres compartidos, las casas artesanales o la creación de una cadena de minihoteles.

El plan, redactado por las consejerías de Política Territorial y de Educación, deberá ser debatido y aprobado en la Asamblea, lo que, según afirmó ayer el consejero de Educación, Jaime Lissavetzky, se llevará a cabo el otoño próximo. El plan se desarrollará a lo largo del trienio 1990-92, y se justifica, según sus consideraciones, en el progresivo aumento de los precios de la vivienda en Madrid, que se han situado fuera del alcance de la mayoría de los jóvenes. El propio documento del plan reconoce que, hasta ahora, la construcción de viviendas sociedades ha ido dirigida a familias ya establecidas, y se ha dejado desatendido a un sector de población juvenil.

Las características de ese sector joven son también muy diferentes al de las familias establecidas. Los jóvenes son mucho más versátiles y móviles. En muchas ocasiones no necesitan una vivienda habitual y adquirida en propiedad. Por ello, el plan da mucha importancia a la construcción de pequeños apartamentos, de entre 30 a 60 metros cuadrados, de nueva planta o aprovechando casas de segunda mano, situadas además cerca de los centros de estudio o de trabajo.

"Para dar salida a esta variedad de situaciones personales, el plan propone la creación de figuras que se pueden llamar innovadoras", afirmó Lissavetzky. Por esa misma razón, el plan necesita de la colaboración de ayuntamientos, MOPU, universidades, cooperativas, centrales sindicales y organizaciones juveniles.

El Gobierno regional, a través del Instituto de la Vivienda de Madrid, garantiza la puesta a disposición de 2.457 alojamientos, con un presupuesto de 4.248 millones de pesetas. Mediante la colaboración y las aportaciones de otros organismos, hay expectativas de aumentar la cifra hasta 4.790 alojamientos, con un presupuesto de 7.180 millones.

Innovaciones

El Plan presenta una serie de fórmulas de acceso que Lissavetzky calificó de innovaciones, que servirán de experiencias pilotos. Así, se contempla la posibilidad de que hasta 250 viviendas, repartidas en cinco actuaciones de 50 cada una, sean construidas por jóvenes -con dinero de la Comunidad- que quieran profesionalizarse en el ramo de la construcción. Otra modalidad es la denominada casa artesanal. Se trata de adquirir un edificio en el casco histórico de la localidad en cuestión, y habilitarlo para que albergue 30 viviendas, acompañadas de salas de trabajo comunes e incluso de espacios de venta directa al público. Esta modalidad está pensada para jóvenes que tengan suficiente conocimiento de un oficio.

El plan prevé asimismo destinar 30 millones a subvencionar alquileres compartidos, de forma que los primeros pagos del arrendamiento de una vivienda, que no suele estar al alcance de los que tienen recursos económicos escasos, sí lo esté si se alquila entre varios.

Además del fomento de cooperativas de jóvenes, que gozarían de financiación privilegiada, y de la construcción de apartamentos de entre 30 a 60 metros cuadrados, dirigidos tanto a jóvenes trabajadores como a estudiantes, el plan prevé la construcción de un minihotel -o su habilitación en un edificio en desuso-, para aquellos jóvenes cuya estancia en la ciudad es sólo transitoria.

De las diversas formas de acceso a un alojamiento, destaca la compra. El Ivima se encargará de la adquisición de 300 viviendas, que se venderán en condiciones ventajosas, preferentemente a parejas jóvenes, menores de 30 años, con ingresos inferiores a 2,5 veces el salario mínimo interprofesional (unas 120.000 pesetas en total). Además, el Ivima destinará a jóvenes, emparejados o no, 250 de las viviendas que construya en otras promociones.

Otra de las fórmulas es que sean los propios solicitantes los que adquieran una vivienda usada. La Comunidad facilitará créditos de hasta el 80% del valor de tasación de la misma, hasta un total de 150 viviendas.

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