Las agencias 'alternativas'
Movimientos sociales crean servicios de noticias que ofrecen otra cara de la realidad
Los movimientos sociales alternativos se han atrevido a cruzar el Rubicón de final de siglo: el control de la información. Ataviados con ordenadores de segunda mano y contestadores automáticos, pretenden escapar al cerco impuesto por los medios de comunicación establecidos. La agencia vasca Tas-Tas está a la cabeza de este movimiento; experiencias en Madrid (UPA) y Barcelona (ANA) completan el juego de la comunicación paralela.
"Hola. Soy ANA. Si tienes alguna información o quieres dejar un mensaje, puedes hacerlo después del pitido. Un saludo". No es un extraño mensaje en clave, ni siquiera el contestador de una casa de citas que cubre su entrepierna con la American Express. ANA son las siglas de Agencia de Noticias Alternativa. Detrás de esa sugerente sopa de letras se encuentra el trabajo anónimo de un grupo de diez catalanes que cree en la contrainformación como vehículo indispensable para "dar la vuelta a la realidad que nos muestran los medios comerciales", comenta Iñaki García, un transportista de Barcelona que lleva en ANA desde sus comienzos, en octubre de 1987. Un ordenador, varios contestadores automáticos, un modem fuera de servicio y montones de hojas con noticias transcritas forman parte del paisaje del local de la agencia. "Mantener esta infraestructura cuesta trabajo y dinero. Hemos pasado momentos malos, pero nos hemos hecho un sitio. En la actualidad tenemos cerca de 100 suscriptores que por 6.000 pesetas al año reciben Info, nuestro boletín semanal".
Conexión Euskadi-Barcelona
ANA sirve noticias, entre otros, a los movimientos antimilitaristas, libertarios, radios libres, bares, fanzines y sindicatos. Además, diarlamente intercambian información con las otras dos agencias alternativas que actualmente funcionan en España: UPA, en Madrid, y Tas-Tas, en Euskadi. "Nuestro objetivo a corto plazo es instalar el modem. Esperamos poder estar conectados informáticamente con Euskadi para después de verano. Eso nos ahorraría un montón de tiempo y tendríamos un acceso inmediato a las noticias generadas en esa zona". El otro objetivo de la agencia es hacerse cargo de los servicios informativos de Contrabanda, un proyecto de emisora libre para el área metropolitana de Barcelona. Esta vinculación entre radios libres, agencias de contrainformación y fanzines fue la semilla que permitió el nacimiento a finales de 1986 de la agencia Tas-Tas. En poco tiempo consiguieron abrir tres delegaciones: primero en Vitoria y después en Bilbao y San Sebastián. Las dos primeras se encuentran conectadas informáticamente y, en breve, esperan abrir un local en Pamplona. A pesar de que las personas que nutren estas agencias proceden de los movimientos alternativos (antimilitaristas, ecologistas, feministas, gays, anarquistas-) y grupos extraparlamentarios, sus responsables sostienen: "No somos portavoces de ningún grupo político. Nuestra labor informativa se distancia de la objetividad, porque no existe, pero también huimos del panfleto", señala Txiki, un funcionario de la Administración que trabaja en la delegación de Bilbao.
"La agencia nació como infraestructura para dotar de notícias a las radios libres, pero ese estadio se ha superado por completo. Lo que pretendemos ahora es servir de canal a las noticias generadas por los grupos alternativos, además de sacar a la luz aquellos aspectos de las informaciones que los medios o bien manipulan o bien esconden". La labor de ésta ha sido de vital importancia en las campañas de los grupos antimilitaristas contra el servicio militar. "Hemos sido el centro neurálgico de información con la campaña de las entregas de objetores. Incluso Efe nos ha llamado para obtener datos sobre este tema", dice Txiki.
Tas-Tas, agencia decana en la contrainformación, cuenta con un boletín quincenal, por el que el abonado paga 6.000 pesetas al año, y un boletín diario que cuesta 12.000 pesetas al año. "Para autofinanciarnos hemos hecho camisetas, chapas, turnos en barras de txoznas, aparte del dinero que nos llega de Libia y Moscú", comenta , entre risas, Txiki.
Experiencias en Madrid, a través de la agencia UPA, en Canarias (CONTRA), y Valencia (KAOS), ésta ya desaparecida, completan el panorama de la contrainformación en España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.