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Barón pretende aumentar el poder del Europarlamento

ENVIADO ESPECIAL, El eurodiputado socialista español Enrique Barón, de 45 años, se convirtió ayer en el presidente más joven del Parlamento Europeo y en el primero elegido tras un solo escrutinio. El resultado del recuento (301 votos a favor, con 502 diputados presentes) confirmó el pacto de socialistas y democristianos, que asegura la estabilidad en la Cámara y el turno de estos dos partidos para repartirse la presidencia en los cinco años de legislatura. Barón se refirió a esta alianza como "el compromiso democrático" para aumentar el poder de control del Parlamento. La tarea prioritaria, dijo, es finalizar "el mercado único y comenzar a preparar el posnoventaydós de la CE".

Aunque la suma entre los 180 socialistas y los 121 democristianos refleja los votos obtenidos por Barón, se produjeron algunas defecciones, puesto que eurocomunistas y otros parlamentarios votaron al candidato socialista. Pero la amenaza de una abstención suficiente en la primera vuelta, para impedir el reforzamiento de poder que da resultar elegido a la primera, no llegó a concretarse.

Tampoco hicieron mella las cinco candidaturas alternativas que surgieron para tratar de romper el consenso de los grupos mayoritarios. El resultado de 301 votos supera ampliamente la mayoría de los 502 eurodiputados presentes, de un total de 518. Barón necesitaba 238 votos, pues los 27 votos nulos registrados redujeron a 475 el número global decisivo.

El presidente del grupo liberal, Valéry Giscard d'Estaing, justificó la opción de un candidato de su grupo, Rudiger von Wechmar, que tuvo 93 votos.

El ultraderechista francés Jean Marie Le Pen explicó su autopromoción en que "las democracias no soportan una candidatura única". Los verdes y los regionalistas del grupo Arcoiris, con 31 y 20 votos, respectivamente, aprovecharon la publicidad del acto; y el siempre protagonista Marco Pannella tuvo 12 votos.

Entre los parlamentarios es pañoles hubo una rara unanimidad en torno a Barón, a juzgar por las declaraciones. Incluso a los miembros del CDS integrados en el grupo liberal, les pudo más su conciencia nacional que la disciplina de grupo. Sólo el ex lendakari Carlos Garaikoetxea, el andalucista Pedro Pacheco (ambos votaron a la candidata de Arcoiris), el representante de Herri Batasuna, Txema Montero, y el yerno de José María Ruiz-Mateos Carlos Perreau de Pinninck, reconocieron que no le dieron el voto. El ex presidente de Rumasa, enfermo, no acudió a la sesión constituyente.

Democracia y confrontación

En su breve alocución -el discurso político lo pronunciará hoy-, Barón dio las gracias también a quienes no lo votaron, porque "la democracia exige confrontación". Hizo una defensa de la democracia parlamentaria y "el valor revolucionario" de estos principios, que son también la aspiración de los países de Europa del Este. "La casa común es esta, la democracia parlamentaria. Con todas sus limitaciones, es lo que está ocurriendo en Polonia, Hungría o la Unión Soviética. No otra cosa era lo que pedían los estudiantes chinos masacrados en la plaza de Tiananmen".

Y es de esperar, añadió, que avance "en Nicaragua,` Cuba y Chile", así corno en Suráfrica, pues "ésa es también la única vía para superar el apartheid'.

Los eurocomunistas italianos y españoles, integrados en Izquierda Unitaria Europea pero separados de los comunistas ortodoxos, abogaron por una mayoría progresista de izquierdas que imponga una 'Tase constituyente". Uno de sus representantes, el español Fernando Pérez Royo, fue elegido por la tarde, uno de los 14 vicepresidentes de la eurocárnara.

Pero las contrapartidas del pacto se centran en las comisiones, y los democristianos se han asegurado el apoyo para las más importantes, como Economía y Presupuesto, la institucional y la jurídica. El Partido Popular, según Marcelino Oreja, aspira a una de estas dos últimas, mientras los socialistas españoles continuarán con Agricultura y recibirán la presidencia de una de las delegaciones parla.nentarias para América Latina.

Un discurso surrealista

F. M. El inicio de la sesión constituyente del Parlamento Europeo fue todo un espectáculo. Antes de la elección de Barón, la presidencia le correspondió al cineasta francés Claude Autant-Lara -miembro del grupo ultra Derechas Europeas, que lidera Le Pen- y pronunció un discurso surrealista. Con una biograflia en la que no falta su paso por la izquierda militante ni haber sido el primer director de cine que dobló 11 para los subdesarrollados europeos", de acuerdo a sus palabras, una película de éxito de Clark Gable, AutantLara, a sus 88 años, es el abuelo del Parlamento, pero muy pocos le reconocieron ayer ese privilegio moral de la edad.

Cuando a las 10 de la mañana se sentó a la mesa y dijo "se abre la sesión", todos los miembros del grupo socialista habían comenzado a salir de la sala, después de dejar como testimonio de protesta en sus escaños 180 rosas rojas. Muchos más -comunistas, liberales, democristianos...- les siguieron. Marcelino Oreja explicó que él, por respeto, había decidido quedarse, pero no pudo después "aguantar las extravagancias". Los verdes al final no cumplieron la, promesa anunciada por escrito. "Nos faltó coraje", confesó uno de ellos, para cantar el Bella Ciao, la canción del guerrillero. Pero Autant-Lara empleó, imperturbable, tres cuartos de hora en leer las 27 páginas de un discurso surrealista.

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