Continúa el llano.
La duodécima etapa del Tour de Francia es, como la de ayer, llana, puesto que las dos cimas de cuarta categoría que hay en los más de 200 kilómetros de recorrido apenas ofrecen dificultad. El trayecto alcanza una máxima altitud de 410 metros poco después del kilómetro 100, sin que se considere cota montañosa porque el ascenso resulta muy suave , y luego desciende hasta casi el nivel del mar. Es una etapa clásica para los rodadores.
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