Motines continuos
Algunos internos de las prisiones españolas han protagonizado durante los últimos años diversos incidentes. Unas veces, el amotinamiento se ha producido tras un intento de fuga -como el de ayer en el Puerto 1 (Cádiz)-, mientras que en otras ocasiones reivindicaban mejores condiciones carcelarias. En uno de estos motines, ocurrido en la cárcel de Badajoz el 2 de julio de 1987, resultó muerto un preso.El 19 de julio de 1986, cuatro reclusos del Centro Penitenciario de Jóvenes de Carabanchel, en Madrid, amenazaron y retuvieron durante seis horas a dos funcionarios.
El 25 de abril de 1987 siete peligrosos reclusos de la prisión de máxima seguridad de El Puerto 1, de El Puerto de Santa María (Cádiz), se hicieron fuertes, tras un intento de fuga frustrado, y secuestraron a 17 funcionarios durante 16 horas. El motín finalizó, sin que se produjesen daños personales, después de que se diera lectura a través de Radio Nacional de un comunicado de los amotinados.
Un mes después, el 22 de mayo, cinco presos retuvieron a 12 funcionarios de la cárcel de Valencia durante seis horas tras un frustrado intento de fuga. Los internos, que esgrimieron dos pistolas con las que neutralizaron a los funcionarios en uno de los talleres de trabajo del centro, depusieron su actitud tras recibir garantías de que no sufrirían represalias por su comportamiento.
El 13 de junio de 1987, una rápida operación de las unidades especiales de intervención de la Guardia Civil puso fin al secuestro del director y el subdirector de la prisión Central de Burgos, retenidos durante 10 horas por cinco reclusos que minutos antes habían intentado darse a la fuga. En el transcurso de la acción de las fuerzas del orden resultó herido uno de los amotinados.
El 2 de julio de ese mismo año, cuatro reclusos se amotinaron en la cárcel de Badajoz y retuvieron a 13 personas. Un preso resultó muerto y tres miembros de las fuerzas de seguridad y un funcionario resultaron heridos.
El 30 de mayo de 1988, diez reclusos de la prisión provincial de Acebuche (Almería) que portaban pinchos caseros y otras armas punzantes retuvieron durante más de 11 horas a 14 funcionarios tras haber sido abortado un intento de fuga.
En lo que va del año 1989, la cárcel madrileña de Carabanchel ha sido escenario de dos motines, en un intervalo de dos meses. El 14 de enero, 28 reclusos protagonizaron un motín que concluyó con la imposición de una pena de 14 días en celdas de castigo para los amotinados.
Tras la posterior fuga de dos reclusos, el director del centro, Francisco Guerra, fue destituido.
El mismo día en que tomó posesión el nuevo director, Francisco Alonso Rincón, el 20 de febrero, 167 presos del Centro de Jóvenes de Carabanchel permanecieron amotinados en los tejados de la prisión durante 10 horas.
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