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Pons, Crivillé y Herreros se consolidan al frente del Mundial de motociclismo

Ni Sito Pons (Honda, 250cc), ni Alex Crivillé (JJ-Cobas, 125cc) ni Manuel Champi Herreros (Derbi, 80cc) consiguieron ganar ayer en el Gran Prendo de Holanda de motociclismo. Los vencedores de las distintas cilindradas fueron los alemanes occidentales Peter Oettl (Krauser, 80cc) y Reinhold Roth (Honda, 250cc), el holandés Hans Spaan (Honda, 125cc) y el norteamericano Wainey Rainey (Yamaha, 500cc). Pero eso no inquietó a Pons, Crivillé y Herreros, que trataron de ganar a sus más directos rivales en la lucha por el título de 250cc, 125cc y 80cc, y salieron reforzados del duro pulso mantenido ante más de 140.000 espectadores en la catedral del motociclismo mundial. Pons, Crivillé y Herreros, empatado a puntos con Oettl -líder por mayor número de victorias-, encabezan los distintos campeonatos del mundo.

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Todo, absolutamente todo, sucedió en las últimas tres vueltas de cada carrera. No es que el resto no fuera interesante, atractivo, hermoso, que lo fue y mucho, sino que las tácticas empleadas por todos los favoritos, por los líderes de cada campeonato y los candidatos a derrocarles, hicieron que los últimos kilómetros se convirtieran en el verdadero campo de batalla. Unos y otros defendieron sus posibilidades a cara de perro, con cuchillos en la boca.La mañana se abrió con la carrera de 80 cc, ya se sabe, por aquello de ser la prueba de los teloneros, la carrera que abre el apetito a los 140.000 hinchas que se dieron cita ayer en Assen. Herreros se jugaba mucho en ella. De ganar, tenía medio título en el bolsillo, pues sólo resta una carrera (Checoslovaquia, el próximo 28 de agosto). Y Champi inició la última vuelta en primer lugar del trío de cabeza, integrado precisamente por los otros dos candidatos al título, los oficiales de Krauser (Oettl y Dorflinger), con más motor y mayores posibilidades de éxito.

El neumático trasero

Champi fue superado por Oettl en una pequeña recta, pero el valenciano se le coló en una apurada de frenada. A continuación, en una curva larga a la derecha, el neumático trasero de Herreros cedió hacia afuera y derrapó espectacularmente, Champi cortó gas y Oettl le rebasó. Bastante hizo Herreros con soportar al final el empuje del veterano Dorflinger y mantener intactas sus aspiraciones al título. Tal vez en Checoslovaquia cuente con la colaboración de Aspar y Miralles. Tal vez. Paradojas de la vida. Después de todo, Aspar puede ser quien le facilite el título a Herreros. Herri Torrontegui (Krauser), el otro candidato, ha quedado ya fuera de la lucha. De nuevo la batería, como ya le sucediera en Yugoslavia, le traicionó en plena carrera.Lo de 250 cc fue mucho más sencillo. Mientras las Yamaha volvían a ser ridiculizadas por las Honda -Garriga y Cadalora, que era líder de la carrera, acabaron destrozando sus motores y Ruggia se cayó en la segunda vuelta-, Sito Pons decidió coger la calculadora. Había pactado con su manager, Manolo Burillo, que si debía jugárselo todo en la última vuelta con Roth no forzaría la lucha por temor a una caída absurda, pues el título está ya en su bolsillo. Roth estaba muy nervioso durante los últimos grandes premios, pues todavía no había conseguido ganar una carrera y, por tanto, estaba dispuesto a jugarse una caída con tal de ganar. Sito, mientras Alberto Puig, con una Yamaha carreracliente, realizaba una magistral carrera (acabó séptimo), se mantuvo en la retaguardia, en tercer lugar; en la última vuelta apretó y superó a Cornu -Honda- e incluso tentó la posibilidad de rebasar a Roth. No hubo suerte y se alejó del peligro de una caída. Ahora, con 61 puntos de ventaja sobre Ruggia, Pons puede convertirse, de mantener esa ventaja, en campeón a falta de tres grandes premios. Por ejemplo, en Gran Bretaña, el 6 de agosto.

Lo de 125 cc le pudo costar el título a Crivillé. A Gianola (Honda), que hasta ayer era líder, casi le cuesta, pues se cayó de nuevo cuando intentaba seguir el ritmo de Spaan (Honda) y Crivillé. Los tres se colocaron solos en cabeza y, a falta de tres vueltas, el italiano se fue espectacularmente por los suelos. Nadie en el box de Crivillé, ni siquiera su hermano y manager Josep, le informó del percance. Grave error, pues Alex corrió las últimas vueltas como si se jugase la vida, como si necesitase la victoria imperiosamente, cuando con el segundo puesto tenía suficiente para convertirse en el nuevo líder, con nada menos que 12 puntos de ventaja sobre Gianola.

Crivillé se apretó a su JJ-Cobas y luchó a brazo partido, ante el delirio del público, que animaba sin cesar a su compatriota, e intentó incluso superar a Spaan sobre la misma línea de meta. Pudo caerse, vaya si pudo caerse, y de haber sido así hubiese perdido una oportunidad histórica. Aquello fue de infarto, como le gusta a Alex. No ganó, pero ahora todo el mundo sabe que puede ser campeón del mundo con sólo 19 años. Tiene 10 años menos que Gianola, pero 10 años más de frialdad y sentido de la responsabilidad. Ese niño huele a campeón, aunque bien hará el equipo JJ-Cobas en poner a alguien con sentido al frente de la pizarra.

La carrera de 500 cc fue una nueva exhibición de ese otro piloto todo espectáculo, el norteamericano Kevin Schwant (Suzuki), que dominó a placer a sus compatriotas Wainey Rainey (Yamaha) y Eddie Lawson (Honda). Pero cuando Schwant estaba a punto de ganar su cuarto gran premio y el tercero consecutivo, se paró su máquina. Eso sucedía cuando sólo restaba una vuelta y media y Rainey había ya descartado la victoria y sólo vigilaba que su rival en el Mundial, Lawson, no se acercara. Rainey, gran amigo de Sito, ganó por suerte y tiene medio mundial de 500 cc en su mano.

El Gran Premio de Holanda registró el incidente protagonizado por el británico Nigell Bosworth (Aprilia-Rotax), que al final de la prueba de 250 cc se quedó sin frenos, cayó y su moto arrolló a cuatro espectadores que no sufrieron heridas graves.

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