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Si todo va mal, mejor

Cabe una lógica duda respecto a si se trata de una casualidad o de un arma secreta, pero las estadísticas demuestran que el Rayo juega mejor cuantos más problemas tiene la entidad. No es de extrañar por ello que pueda conseguir el ascenso en un año en el que se ha producido una contienda electoral de dureza sin precedentes, en el que varios jugadores han llegado a pelearse durante los entrenamientos, otros han sido apartados y la Seguridad Social ha embargado los ingresos por taquillas.

El Rayo cogió una de sus mejores rachas en plena contienda por la presidencia. Los vestuarios tenían goteras, los jugadores no cobraban las primas y, sin embargo, no había quien tosiera a los de Vallecas. Con la paz poselectoral, el Rayo corrió el peligro de volverse apático, pero la Seguridad Social se encargó de devolverle a su curiosa normalidad. Las últimas victorias coinciden con el apartamiento del equipo de Jesús y Capón por negociar su traspaso y el reciente 0-6 a Las Palmas con una discusión entre Capón y Botella antes de saltar al campo. Felines, que antiguamente se quejaba de no poder trabajar con tranquilidad, ha asumido el nuevo sistema: "Si alguna vez no pasa nada en el equipo, creó que raptaré a una ancianita y la violaré". Las declaraciones de ayer de Capón anunciando su marcha pueden ser la mejor garantía para ganar al Deportivo y lograr el ascenso.

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