Karim de Villeneuve

Karim de Villeneuve, holandesa afincada en Barcelona, es descrita en su agencia de modelos con las siguientes medidas: altura, 1,82; cintura, 68; cadera, 94. Pero aparte de tan lacónica descripción, Karim de Villeneuve, que se niega a decir su edad, es bastante más que eso. Es bajista de un conjunto de rock, es capaz de arrojar fuego por la boca y acaba de protagonizar su primera película, Una dona al meu jardí (Una mujer en mi jardín), dirigida por Octavi Martí y Antoni Padró.

Karim era una muchacha que, tras unas vacaciones en Barcelona, decidió quedarse y ejercer aquí una profesión que lleva puesta: la de modelo. No le fue difícil colocarse, pues gente de su prestancia no se encuentra a raudales. Las medidas citadas no dan cuenta de unos ojos color platino que velan el entendimiento y unas proporciones botticellianas.

No por haberse instalado en España Karim olvidó su vieja afición, el rock. Con un amigo había fundado el grupo Living Legend XL, integrado en la actualidad por tres holandeses y dos españoles. Y fue en el mundo del rock donde aprendió una técnica circense que los directores de Una dona al meu jardi no dudaron en aprovechar para una de las escenas del filme: la de sacar fuego por la boca. "Otro grupo necesitaba para la portada de su disco a un bajista que además tuviera esa habilidad. Aprendí. No es tan difícil".

En la película encarna a una femme fatale de arrogante porte y a su hermana gemela -estudiante de violonchelo, moño, falda plisada, desalifle generalizado-. En el purso de una disputa, Verónica -así se llama la vampiresa de ficción- larga a su comedida hermanita, en lugar del clásico tirón de cabellos, una voluptuosa llamarada real. "No es tan difícil".