"Peor el remedio que la enfermedad"
, "En más de una ocasión es peor el remedio que la enférmedad". Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid justificaron ayer de esta forma la pasividad policial ante los piquetes de los trabajadores de autobuses discrecionales que provocaron ayer un atasco de 12 kilómetros en la carretera de Colmenar Viejo. Las mismas fuentes reconocieron que el "uso y abuso" del derecho de reunión lleva tiempo provocando situaciones "fuera de control" en la ciudad.
Ayer no fue posible hablar con la delegada del Gobierno, Ana Tutor, ocupada durante gran parte del día en los actos electorales mientras la ciudad era presa del caos.
La actuación policial ante hechos como los de ayer, en palabras de una portavoz oficial, "se suele limitar a labores de identificación para averiguar quién está detrás".
Las cargas policiales, según reconoce el jefe de Seguridad Ciudadana, Félix Gallego, no se han producido ni en los casos en que se invaden algunas de las calles céntricas prohibidas a los manifestantes desde hace año y medio por la Delegación del Gobierno. "Se prefiere no disuadir violentamente a los manifestantes mientras sea posible".
Por otra parte, la Jefatura Superior de Policía informó que un autobús discrecional de la empresa Sainar sufrió una agresión -por una bala o por una bola de rodadura- a primera hora de la madrugada de ayer.
El autobús, según denunció su conductor al 091, fue alcanzado a la altura de la penúltima ventanilla lateral izquierda por un proyectil cuya naturaleza no ha sido aún precisada por la policía.
La agresión se produjo cuando el autobús enfilaba la M-30 desde la carretera de Barcelona a primera hora de la madrugada de ayer. El autocar viajaba con 48 personas a bordo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.