_
_
_
_
_

Eloy Morales

Dibujos a carboncillo desde los tendidos de Las Ventas

A sus 15 años es todo un niño prodigio con los pinceles y los lápices. Especializado en temas taurinos, su diminuta presencia es fija en la plaza de Las Ventas siempre que hay festejo. Allí se inspira y lo plasma en bellos dibujos a carboncillo en hojas de bloc, que escudriñan y paladean con avidez los espectadores que tiene alrededor y para los que es un auténtico ídolo. No le importa que le llamen el Curro Romero del dibujo, aunque matiza con desparpajo: "Es un orgullo, pero yo soy menos indolente que él".

Eloy Morales conserva el nombre, apellido y la vocación de su abuelo y de su padre. De éste comenta: "Su profesión está relacionada con los pinceles, pero de otra forma, je, je. Es también pintor... de brocha gorda". No parece necesario remarcar que este muchacho esconde tras su pinta de intelectual bajito unas formas de aromática cortesía pero que envuelven un fondo de rotundidad y claridad exenta de dobleces y medias tintas.La misma claridad con la que afronta su futuro inmediato. Piensa acabar BUP, "en el que llevo notas de sobresaliente, excepto en matemáticas, que no paso del suficiente", presume ufano; y dedicarse profesionalmente a vivir de sus óleos y dibujos. Lógico, pues sus obras ya se cotizan entre las 15.000 y las 60.000 pesetas. Ha realizado varias exposiciones y tiene com prometidas, para cuando acabe la Feria de San Isidro, otras en Vinaroz y Vitoria.

Sus preferencias por los toros como temas mayoritarios de sus obras se deben a las antiguas láminas de Martínez de León, que llegaron a sus manos hace dos años. De inmediato quiso disfrutar de un festejo en directo. Lo vio y se enamoró de los rituales y la estética de la fiesta. Mientras el sol irisa y refulge las sedas de los diestros, Eloy Morales se inspira en los momentos de belleza, y en cinco minutos los plasma en el bloc.

No siempre los fastos y hazañas del ruedo calan por igual sus fibras sensibles: "Sólo vibro con los toreros artistas, como Curro Romero, Paula, Aparicio, Ojeda y Parada, que son mis favoritos". Si se le pregunta por los diestros de corte valiente y temerario, entra al trapo con su casta disparada. Entorna sus negros ojillos de malandrín, los clava en su interlocutor y espeta: "¡Bah!, ésos son unos obreros del toreo, incapaces de crear arte. Sólo dibujaría algo de ellos por encargo".

Añade que eso no significa que no les respete profundamente por jugarse la vida delante de un toro. Él no se atreve, aunque va a hacer la prueba próximamente, ante unas vaquillas, con la peña La Alternativa: "Me moriré de miedo y me subiré a los tendidos a dibujar".

Practica algo el fútbol, pero su mayor afición, aparte del dibujo y los toros, es la música, aunque no el rock, como correspondería a su generación. "Prefiero el flamenco y la clásica". Sus preferidos en estos dos campos son Camarón y Beethoven: "Porque procuro elegir siempre lo mejor".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_