Desequilibrios
El cuarto partido de la final mostró ciertos desequilibrios, producto del transcurrir de los acontecimientos. Y todos ellos perjudicaron al Barcelona, que obtuvo menos triples, 4 frente a 10 de su rival, y menos tantos desde la zona, donde Waiters, Trumbo y Norris no pudieron imponer la autoridad de otros encuentros. Así, el Madrid basó su desconcertante juego ofensivo en estos dos aspectos. El Barcelona tuvo algo más de juego exterior, pero, en general, anotó pocas canastas para un encuentro de este calibre. Los tantos al margen son los contraataques.
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