Los aparejadores, preocupados por la calidad de las obras previstas para 1992
La Junta Directiva del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid expresó ayer su preocupación ante los efectos que puede tener para la ciudad la carrera de las instituciones y los particulares por terminar edificios y equipamientos antes de 1992.En opinión de este colegio, que ayer presentó su memoria anual, "el crecimiento notable de la actividad constructiva de los últimos 24 meses y la velocidad vertiginosa en la ejecución crean dificultades para llevar a cabo un control de calidad eficaz, ya que ni es posible la elección de materiales ni la exigencia de mano de obra cualificada, que permitan una ejecución material de garantía".
Exigencias
"Los aparejadores, al exigir que la ejecución material se realice según los previsto, cuando está previsto, o de acuerdo con las normas de buena construcción, han de enfrentarse a veces con el propio cliente, más preocupado por la necesidad de acelerar la rotación del capital invertido, que por la calidad de lo que produce. Los efectos de esta actividad desenfrenada se evidenciarán en el mítico 1992 y en años sucesivos".Eduardo González Velayos, presidente del colegio, aseguró que el "síndrome 92" ha eliminado el paro de la profesión. "Estamos aterrados. Las empresas europeas quieren estar representadas en Madrid de cara a la capitalidad cultural de 1992, la iniciativa privada demanda oficinas y las instituciones anuncian ambiciosos planes para aumentar la infraestructura cultural y deportiva. Y todo ello para 1992. Eso, a la fuerza, hace que se resienta la calidad y la seguridad de lo construido".
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