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"La economía yugoslava está en situación desesperada", según su jefe de Gobierno

"Desde el punto de vista estadístico y del desarrollo, la economía yugoslava se encuentra en una situación desesperada", declaró recientemente Ante Markovic, el presidente del Consejo Federal Ejecutivo (Gobierno). Sin embargo, el presidente, quien asumió su cargo el 16 de marzo, tras la dimisión de Branko Mikulic, en diciembre pasado, se muestra relativamente optimista y confía en la posibilidad de reactivar la economía yugoslava y bajar la inflación, que según las últimas estimaciones alcanzará más del 1.400% en 1989.

Markovic pretende lograr una reactivación económica por medio de una reforma basada en la liberalización del mercado y de las importaciones, la independencia de las empresas y de los bancos respecto a la intervención política, la promoción de la competencia y del espíritu empresarial, el estímulo de la iniciativa privada y la atracción del capital extranjero. Actualmente Ante Markovic personifica la orientación de la economía yugoslava hacia la economía de mercado.Realizar una reforma económica que implica cambios radicales en las conductas de las empresas y de sus dirigentes no es una tarea fácil en las condiciones que enfrenta la economía yugoslava: la inflación mensual oscila entre un 25% y un 30%; la deuda externa asciende a 20.000 millones de dólares; el PNB está practicamente parado desde 1984, con un crecimiento promedio anual del 0,6%; 1,2 millones de trabajadores, de un total de 6,7 millones, están en paro. La caída del nivel de vida es estrepitosa. En la industria textil, por ejemplo, el promedio salarial mensual no supera las 9.000 pesetas, equivalente al precio de un vestido o dos camisas.

Hace dos años, cuando ni los dogmáticos podían defender las ventajas de la propiedad social, la autogestión y el autofinanciamiento, se abrió un amplio espacio para la intervención de los políticos en las inversiones por medio del control de los créditos bancarios, con consecuencias como la creación de complejos industriales gigantescos que jamás produjeron beneficios (fábrica Obrovac, por ejemplo).

¿Cómo podemos pensar en el mercado y en la reestructuración de la empresa si apenas podemos hacer planes a tres meses vista?", explica Nebojsa Katic, director financiero de Energdata, empresa de ordenadores. "Las leyes cambian tanto que nunca sabes a cuál atenerte". Según Velimir Bole, del Instituto Económico de Lubiana, hay que frenar la inflación y luego promover la reforma. "De lo contrario, si la reforma no produce los resultados esperados debido a la inflación, será un argumento en contra de la liberalización del mercado".

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