Zancadillas comunitarias
La Comisión Europea frena iniciativas de lapresidencia española de la CE
Cuando la presidencia española camina embalada hacia la cumbre de Madrid, que el 26 y el 27 de junio pondrá el broche final a su semestre de gestión al frente de la CE, han comenzado los problemas. La Comisión Europea ha echado el freno a algunas iniciativas del Gobierno. Un simple desacuerdo sobre las prioridades, dicen algunos. Para otros no es más que el intento de la burocracia comunitaria de ponerse por encima de un país nuevo en estas lides, pero lleno de iniciativas. Y no falta quien advierte de los efectos del abrazo de la muerte urdido por Francia. El conflicto está servido.
"Nos queda convivir con ellos [la Comisión Europea] dos meses; no queremos problemas, y además tenemos que preparar juntos la cumbre de Madrid", declaró el jueves un responsable del Gobierno. "Se van a enterar; si ellos ponen zancadillas, nosotros también podemos bloquear sus propuestas", afirmó en caliente el miércoles un alto representante español en Bruselas. De momento, "por favor", nada de nombres. Para hablar aún queda tiempo. ¿Qué ha pasado entre la Comisión Europea y la presidencia española de la CO.España comenzó el mandato con fuerza. Inauguró en enero la presidencia de los consejos de ministros de Agricultura y Asuntos Exteriores con elogios de otros países europeos y con acuerdos. Las salas de la sede del Consejo de Ministros, donde se reúnen los comités que preparan los consensos, están a tope. La media es de 12 reuniones por día. "Algunos países dijeron que ya nos cansaríamos, y un diplomático británico nos confesó que ellos, al principio, pensaron en rebelarse. Pero la verdad", comentan en la representación española ante la CE, "es que el trabajo sigue a buen ritmo y sin problemas". ¿Y con la Comisión Europea? "Con ellos es distinto, a veces hay que arrancarles a tirones las propuestas".
Este malestar soterrado y la lucha de competencias tuvieron un fogonazo el pasado miércoles en Bruselas. Ese día el Consejo de Ministros de Mercado Interior, presidido por el secretario de Estado para la CE, Pedro Solbes, discutía el derecho de residencia para estudiantes y jubilados en cualquiera de los países de la CE. Era la 611 reunión sobre un tema que lleva 10 años sobre la mesa. "Se habían registrado avances", dice Solbes, "y no digo que el acuerdo fuera posible ese día, pero el consenso podría haber quedado listo para la sesión de junio". Entonces, el vicepresidente de la Comisión Europea, Martin Bangemann, anunció que retiraba la propuesta. Bajó como un basilisco y, sin dar tiempo a los intérpretes, anunció en alemán la noticia a la Prensa.
Para otro semestre
De nada había servido que Luxemburgo y Portugal, igual que había hecho España, le pidieran un poco de paciencia. Contra los que ven en esto un indicio del pacto que Francia teje con la Comisión para trasladar decisiones al próximo semestre de su presidencia -el llamado abrazo de la muerte-, la ministra Edith Cresson aseguró a Solbes que no entendía nada.El desaire a la presidencia española, dejada en fuera de juego, afecta a la médula de uno de susmás queridos proyectos. Felipe González se comprometió el 12 de abril ante el Parlamento Europeo a que de la cumbre de Madrid saldrá un calendario concreto de la supresión de fronteras fisicas en la CE.
Las claves de las disensiones entre el Gobierno y la Comisión Europea hay que buscarlas antes de ese miércoles. El 30 de marzo, Felipe González, acompañado de algunos ministros, acudió a Bruselas para coordinar lo que queda de presidencia. "En esa reunión a mitad del camino", según uno de los presentes, "se hicieron patentes algunas diferencias de prioridades entre España y la Comisión Europea". Y el presidente no se mordió la lengua al aludir a los retrasos burocráticos, que frenan la toma de decisiones, y a las interferencias de competencias entre los comisarios, que dificultan los acuerdos.Cinco días después el ministro Romero amenazó con desmarcarse de la propuesta de la Comisión y logró finalmente un acuerdo sobre precios agrarios muy distinto al proyecto avalado por el comisario MacSharry.
Lista de agravios
Existen problemas por el retraso en elaborar el balance de la ayuda al desarrollo durante el último decenio, disputas de protagonismo para la revisión del Acuerdo de Marcas de Madrid y resquemor por la marginación a que la Comisión sometió a España en la negociación con el GATT. Pero el choque es evidente en materia de medio ambiente.En la CE todo son propuestas de reducir emisiones o incinerar residuos, pero se evita hablar de recursos de agua, erosión o desertización, los grandes problemas ibéricos. El ministro Cosculluela presiona desde hace meses por el plan de más de 70.000 millones de pesetas para sanear el Mediterráneo. "La respuesta es que no es posible aprobarlo antes de junio, y encima quieren sacar el dinero de los fondos para las regiones más desfavorecidas".
La lectura de los hechos en la Comisión es diferente. "No entienden que el proceso de elaboración de propuestas es muy complejo y que todo lleva su tiempo", dice un director general.
En opinión de los expertos de la casa, lo que pasa no es nuevo. Por un lado, la crispación de un Gobierno obsesionado con "sacar cosas" en su primera experiencia al frente de la CE. Por el otro, el apetito de una burocracia que siempre está alerta para arrebatar competencias.
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