Mujeres

La casa de Bernarda Alba, de Mario Camus, fue bastante criticada cuando se estrenó. Lo fue en tanto que adaptación, por decirlo así, excesivamente respetuosa con la obra original de Lorca, exenta de verdadera creación cinematográfica, de personalidad nueva. Podría discutirse ampliamente este reproche, pues si siempre es emocionante asistir a adaptaciones -tanto de la literatura como del teatro- que vulneran su origen, lo transgreden, se sirven realmente de él para, en el fondo, crear una obra nueva, también cabe considerar lícita la fidelidad. Fiel a los resortes dramáticos lorquianos -el filme se abre y cierra con el paso de una cortinilla, asume su condición de teatro filmado-, a Camus le preocupa el clima claustrofóbico de su historia y el tour de force de sus actrices -estupendas, con mención especial para Irene Gutiérrez Caba, soberbia Bernarda-, metáfora de una Espafía ahogada en el matriarcado y la castidad, el sexo sin válvula de escape- y hay que reconocer que, por ese lado, La casa de Bernarda Alba alcanza gran categoría, gracias, entre otras cosas, al trabajo en la fotografía de Fernando Arribas.El mundo femenino centra también el argumento de Las esposas, una sutil reflexión -tal como el Husbands, de Cassavetes, vuelto su sexo del revés- sobre tres amigas con otras tantas asignaturas pendientes que se reúnen. durante unos días tras años de separación y pasan revista a sus frustraciones matrimoniales y existenciales. Un excelente análisis perpetrado con sensibilidad por la realizadora noruega Anja Breien, uno de los raros ejemplares de esa cinematografía estrenados comercialmente en España.

Finalmente, Lincoln en Illinois se revela una biografía casera sobre el célebre presidente, basada en una pieza teatral de Robert Sherwood.