Las municipales turcas son un referéndum para Ozal
Turgut Ozal, primer ministro de Turquía y líder de¡ conservador Partido de la Madre Patria (PMP), afronta el domingo la prueba más dura desde que, en noviembre de 1983, llegó al poder en unas elecciones controladas por los militares golpistas. Su hijo y consejero, Ahmet, y él mismo hablan de la posibilidad de dimisión si el resultado de los comicios locales es adverso. Los sondeos e incluso la atmósfera social que se respira estos días lo hacen verosímil, aunque sería muy arriesgado decir que sea probablemente estrepitoso fracaso conservador.
Ozal es aficionado a iniciativas sorpresas de última hora, por lo que no se descarta que guarde todavía algún conejo en la chistera para despejar los negros nubarrones que se ciernen sobre su futuro político.Apenas horas después de declararse convencido ante un enviado especial de EL PAÍS de que el PMP continuaría siendo el primer partido de Turquía, conservando las alcaldías de las tres principales ciudades (Estambul, Ankara y Esmirna), Ozal rebajaba su optimismo. En una entrevista concedida a Hurriyet, el diario turco de mayor tirada, aseguraba que, si los resultados no son satisfactorios, pensará seriamente en renunciar. "Si perdemos en Estambul, Ankara y Esmirna", añadía, "la oposición hará mucho ruido". El primer ministro prometía también que, en cualquier caso, efectuará un reajuste de su Gobierno inmediatamente después de los comicios.
En las mismas declaraciones, Ozal aseguraba que considera el Parlamento como la única fuente de la voluntad popular y que no acepta la intervención de fuerzas externas a la Asamblea que intenten influir en la vida política, una referencia apenas críptica y que parece apuntar al Ejército y al presidente de la República, Kenan Evren, que dirigió el último golpe y al que aspira a suceder.
Por su parte, el hijo mayor de Ozal, Ahmet, opinó que su padre debería dimitir si el partido del poder bajase del 30% del conjunto de los vt)tos. "Si yo fuera él", agregó, "si los resultados fueran insatisfactorios y-si la oposición exigiera elecciones anticipadas, abandonaría el- Gobierno".
Una prueba electoral
Éste es el panorama que ha convertido los comicios municipales en otro referéndum sobre la supervivencia de Ozal, como el celebrado el pasado mes de septiembre sobre una cuestión menor (precisamente el adelanto de las elecciones de este domingo). El primer ministro se declaró entonces vencedor, pese a obtener tan sólo el 35% de los sufragios, con el argumento de que, con ese porcentaje, se logra- la mayoría absoluta del Parlamento.
Efectivamente, en noviembre de 1987, el Partido de la Madre Patria, con tan sólo un 36% de los votos, conquistó 292 de los 450 escaños de la Asamblea, gracias a una ley electoral a su medida. Ahora, Ozal se limita a decir que considerará una victoria que su partido quede por delante de los demás.
En el referéndum, Ozal desvió a última hora, con su amenaza de dimitir, el número suficiente de sufragios como para salvar la cara. Pero no parece probable que pueda vender dos veces el mismo burro. Tampoco ha sacado demasiado provecho de su anuncio de que proyecta una nueva Constitución, más corta que la actual, obra de los militares y que dificilmente podría considerarse democrática. De ahí que se espere alguna otra iniciativa de última hora.Las encuestas; de opinión, que en las pasadas elecciones legislativas se mostraron muy certeras, muestran que la lucha será muy cerrada.
En la única que recoge datos porcentuales- en todo el país, el PMP se anota el 31,6% de los votos, y el Partido Populista Socialdemócrata (PP5513), el más importante de la oposición, se sitúa en un 30,9%.
Todos los sondeos publicados en los últimos días dan vencedor en Estambul, y muy claramente, al actual alcalde, Bedrettin Dalan, pero éste, pese a pertenecer al partido del Gobierno, juega por libre, no menciona en su campaña ni a Ozal ni a su Partido de la Madre Patria (porque cree que eso le haría perder votos), se ha declairado por encima de los partidos y, muy probablemente, está preparando vuelos más largos de cara al futuro. Laarrolladora victoria que se le pronostica unánimemente no será una gran noticia para Ozal, aunque ayude a aumentar el porcentaje de votos del PMP en todo el país.
El socialdemócrata, favorito
Los sondeos vaticinan un resultado muy justo en Ankara, donde el primer ministro Ozal y su partido parecen más populares que su candidato, el actual alcalde, Mehinet Altinsoy, que no resiste la comparación con Dalan y sus espectaculares iniciativas en Estambul. El hombre del PPSI) en la capital, Murat Karayalcin, se ganó un sólido prestigio dirigiendo una cooperativa de viviendas para obreros. Puede ganar.
Un sondeo publicado el pasado j ueve s por Hurriyet le concede el 32,2% de las intenciones devoto, i¿ ántica expectativa que la de su ri val. En Esmirna, dos encueslas dan ganador al candidato seciz Idemócrata, Yuksel Cakmur, un antiguo diputado del Part.do Republicano del Pueblo, disuelto por los militares tras el golpe de septiembre de 1980.
Su rival es el actual alcalde, Burhan Ozfatura, próximo a la Santa alianza, la corriente ultraconservadora del PMP. Dos sondeos censideran perdedor a éste: uno, por nueve puntos; el otro, por tres.
Aun en el caso de que el partido de Cazal siga siendo el primero a nivel nacional, las derrotas en Ankara y Esmirna y el despegue de Dalan en Estambul colocarían en posición dificil al primer ministro, que siempre ha presentado a las grandes ciudades como en escaparate de sus esfuerzos pa a construir una nueva Turquía.
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