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COPA DE LA U.E.F.A.

La Real Sociedad cayó ante el Stuttgart en los penaltis

Santiago Segurola

ENVIADO ESPECIALEl carácter, una facultad muy selectiva y escasa en el fútbol, fue patrimonio de la Real Sociedad en Atocha, frente al Stuttgart, pero todo su coraje y decisión sólo permitieron al equipo donostiarra rozar la gloria. En un partido de gran dramatismo, vibrante en muchos momentos, la Real Sociedad cayó en la suerte de los penaltis, un supremo y desagradable desenlace que en alguna otra gran ocasión ha favorecido el destino de la escuadra de Toshack.

Toshack tomó riesgos con. una alineación de ataque, sembrada de jugadores noveles, algunos de ellos, como Lasa y Carlos Martínez, apenas recién llegados al fútbol de altura. Pero nunca cabe dudar de la capacidad de maniobra del galés, uno de esos técnicos que suele dejar su impronta en los grandes partidos. La Real Sociedad se dispuso en el campo con sólo tres defensas específicos -Larrañaga, Górriz y Gajate- y un lateral de asalto, el juvenil Lasa.

La rapidez de Lasa y la clase de Iturrino descalabraron la defensa del Stuttgart, integrada por imponentes germanos, tan altos e impresionantes como rígidos y mecánicos. Su altura no impidió, sin embargo, que Górriz cabeceara un balón al poste, ni evitó después el gol.

Hasta entonces, la Real Sociedad había cumplido las previsiones de Toshack. En un campo pequeño y estrecho, el Stuttgart, estaba intimidado y confundido por la pujanza y el dinamismo de la Real Sociedad. Con la eliminatoria equilibrada, se tendieron unos cánones más clásicos. La Real Sociedad guardó más su terreno, a la vez que los alemanes trataban de salir de la cueva. En esta labor el Stuttgart se reveló tan ineficaz como se veía en el primer partido.

El paso del partido rebajó las reservas físicas de los locales. El desgaste multiplicó los errores, pero dejó sobresalir a los más dotados de ingenio. Y en este punto, llegó el momento de Carlos Martínez, un centrocampista que ofreció las características de los jugadores de cuerpo entero.

Desgraciadamente, el fútbol desdeña muchas veces a sus mejores hijos. Fue precisamente Carlos Martínez, que se había distinguido por su serenidad durante todo el partido, el primer jugador donostiarra que falló en la tanda de penaltis. Un final probablemente injusto para un equipo que defendió su suerte con una extraordinaria dignidad.

Control 'antidoping'

Cuatro jugadores -Arconada, Górriz, Immel y Hartmann- pasaron obligatoriamente, por sorteo, el control antidoping tras el partido. La comunicación fue realizada por el delegado de la UEFA, Schmiling, durante el descanso.

El control no tiene carácter obligatorio en todos los partidos de las competiciones europeas. La decisión corresponde a la UEFA. El delegado informa por sorpresa a los clubes afectados en el transcurso del partido. La de ayer fue la primera ocasión en la que algún jugador de la Real se ve obligado a pasarlo.

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