El sorteo de Ginebra y el infierno de Bucarest

Los jugadores madridistas centrarán hoy su atención en la ciudad suiza de Ginebra con el objetivo de que el sorteo no les obligue a presentarse fisicamente en semifinales en el infierno de Bucarest. Tan exacta definición corresponde a Sanchis, uno de los internacionales que sufrió temporadas atrás la tremenda dureza de los rumanos en un choque entre las selecciones de ambos países.Sanchis fue más lejos: "Aquello es un infierno porque por momentos parecía que estábamos en la América de hace 200 años, con revólveres colgados al cinto y sin sheriff que cortase la violencia de los jugadores rumanos, que se dedicaron a la caza del hombre. Claro que ya les conocemos y esta vez iríamos preparados".

Y eso que Sanchis salió indemne de la batalla, lo que no ocurrió con Camacho y Goikoetxea, cazados precisamente por la gran estrella del Steaua, el delantero Lacatus, que marcó tres de los cinco goles de su equipo al Gotemburgo. "Es un jugador marrullero que a mí me produjo una lesión de ligamento lateral oblicuo y del menisco. Si nos toca acudir a Bucarest, lo vamos a pasar mal, aunque al final sacaríamos adelante la eliminatoria", dijo Camacho ayer.

Con tales premisas, no es de extrañar que se haya producido una curiosa unanimidad en las filas madridistas en vísperas del sorteo. A ser posible, que caige. er suerte el Galatasaray. Todos quieren a los turcos, aunque Butragueño ya advirtió su creencia de que "no nos van a tocar", quizá porque su actual estado de ánimo no es el mejor para pronósticos afortunados. Y si el Galatasaray pasa de largo, también hay coincidencia: sería preferible enfrentarse al poderoso Milán de Gullit y Van Basten a dos partidos antes que a un solo en la final del Camp Nou, no sólo por argumentos estrictamente futbolísticos, sino porque así se evitaría también el viaje al infierno de Bucarest.