Luis Solana: "Es lógico y deseable que con cada director general cambie la concepción de RTVE"

El director gener de Radiotelevisión Española (RTVE), Luis Solana, completa. la primera etapa de su proceso de reforma con la puesta en marcha de una nueva programación y la sustitución de algunos presentadores de los informativos. Solana confía en el triunfo de su gestión, aunque reconoce que los comienzos están siendo difíciles y considera "lógico, comprensible y deseable- que se produzcan cambios en el medio cuando cambia un director general.

Pregunta. El boxeo, el tema Gozalo, el cese de Oliveras, la suspensión de Operación Ogro, los nombramientos... ¿Esperaba usted tantas polémicas?

Respuesta. Mi entrada en RTVE es, respecto a todos mis antecesores, la aparentemente más difícil. Ni siquiera conseguí el voto unánime del Consejo de Administración, y las polémicas han salido muy deprisa. Todo el mundo se acuerda de los finales de los anteriores directores generales, pero nadie se acuerda de que tuvieron comienzos muy buenos. En mi caso ha sucedido al revés, así que me atrevería a afirmar que mi mandato va a ser al contrario. Voy a tener unos inicios difíciles, para irse rebajando la tensión hacia el final. A esto me va ayudar la aparición de nuevos canales de televisión, con lo que la presión social sobre la televisión pública bajará.

P. ¿Qué explicación da a esta rápida serie de conflictos?

R. Creo que, por las razones que sea, en RTVE se está repitiendo una situación similar a la que viví en Telefónica derivada de mi particular manera de trabajar y de decidir. Yo sumo mi figura controvertida a una empresa que ya de por sí es controvertida.

P. ¿En qué consiste su figura controvertida?

R. En que en los puestos donde he estado siempre he intentado ir un poco más allá de lo que me tocaba hacer. A mí me suele gustar ir un poco más allá de lo que dice el libreto.

P. Usted ha insistido en la idea de hacer una televisión nada conflictiva. ¿Es compatible esa idea en un sistema de competencia como el que se avecina?

R. Una televisión que puede ganar en competencia debe ser una televisión de máximos comunes denominadores sociales. Una televisión que agudiza las puntas o subraya los valles pierde ante la competencia. Repasando sobre todo la televisión norteamericana, que ahora mismo es mi referente más directo, se ve que las televisiones que triunfan son las que van dirigidas a la ancha banda media de la sociedad. Siendo televisión pública, tenemos la obligación además de limar las puntas y los valles. Esto lo puede entender alguien como restricción, pero yo creo que subrayar picos y valles acaba por convertir en crispante a una televisión y se pierde en la competencia.

P. Con esa concepción no tendría cabida en su programación, por ejemplo, un éxito como el de Javier Gurruchaga.

R. Claramente no tiene cabida. Un fin de año como el pasado no volverá a emitirse. A mí no me gustaría una televisión de escándalos, aunque tuviera audiencia, como Viaje con nosotros.

P. ¿No es un poco desconcertante que cada director general que llega a TVE imponga sus propios criterios frente a los anteriores?

R. Que se produzcan cambios en la concepción del medio cada vez que cambia un director general es lógico, comprensible y deseable. La sociedad cambia, y el responsable de RTVE debe ser sensible a esas modificaciones. Sería ingenuo, malo como empresario y perverso como gestor. Creo que la sociedad actual de 1989 es más estable, no quiere la crispación, que ya no se divierte con ella.

Autocensura

P. ¿Tras decisiones como el cese de Gozalo no se puede producir miedo en muchos profesionales, que acaben por autocensurar su trabajo y se empobrezca el resultado final?

R. Estoy intentando crear un ambiente de pacto interno en esta casa. Quiero fijar unas reglas de juego. La televisión no debe ser reflejo de excesos por arriba o por abajo. Esta televisión debe reflejar la moral común del país. Esto no puede ser un ring. Puede haber debates y tensiones, pero los responsables de los programas tienen la obligación de que se cumplan esas reglas de juego. Yo dimitiré si esas reglas fallan, pero cesaré al que se las salte después de haberlas aceptado.

P. ¿Qué imagen cree que tiene la sociedad española de RTVE?

R. "La televisión es un caso de siquiatría social. La gente tiene respecto a ella una relación amor-odio muy significativa. Todo esto se debe a la situación de monopolio que se vive. Los monopolios son odiosos".