Según Antonio Gutiérrez, el Gobierno no tiene voluntad de negociar

Antonio Gutiérrez, secretario confederal de CC OO, señaló ayer en Bembibre en relación con las últimas cifras del paro que el Gobierno sigue utilizando "la propaganda para eludir la negociación y el compromiso". Gutiérrez afirmó que si el Gobierno pusiese el mismo empeño e ingenio en combatir el paro "otro gallo nos cantaría". En esta línea el líder sindical aseguró que desde 1985 el Ejecutivo "se ha preocupado más de falsificar las cifras reales de paro que de luchar contra él". En su opinión, esto es un mal síntoma que pone a CC OO ante la inquietud de que la Mesa de Empleo pueda verse frustrada por la "nula" voluntad del Gobierno y la intención de la patronal de que "nada cambie".Para Gutiérrez es "intolerable" y "muy revelador" de la voluntad negociadora del Gobierno que "el ministro Chaves dijera en una mesa sobre el empleo que estaba de oyente. Haría mejor en escuchar fuera del ministerio". En este sentido, Antonio Gutiérrez dijo que da la impresión de que en esta Mesa de Empleo el Gobierno "está tirando la piedra con la mano de la CEOE y esconde hasta el final su propia mano".

"Mucho nos tememos que aquel plan que estaba en el cajón vuelva a salir con algunos retoques superficiales". Respecto a los anunciados posibles contactos entre el Gobierno y los sindicatos a partir del próximo día 20, Gutiérrez señaló que de la situación actual se desprende que el Ejecutivo "no está dispuesto a avanzar, ni tan siquiera a entrar en la negociación". La patronal, a su juicio, ha sido la que ha desempolvado viejas propuestas haciendo "ostentación" de las medidas de contratación. "Ambos", dijo Antonio Gutiérrez, "van a cubrir el expediente de una mesa que era obligatoria convocarla, haciendo más propaganda y electoralismo fuera de la mesa".

El líder de CC OO afirmó con rotundidad que "es hasta probable que el Gobierno, en una línea preocupante que ha iniciado en el debate del estado de la nación, pacte con la derecha pura y dura, y trate de seguir enfrentando al Parlamento con los sindicatos". "Ésta es", dijo, "una línea irresponsable y muy peligrosa en un país democrático".