Joaquín Muns

Es Joaquín Muns un hombre que confiesa tener predilección por un plato: los caracoles, quizá porque él ha vivido la mitad de sus años con la casaa cuestas. Nacido en Barcelona el 25 de junio de 1935, sus estudios y profesiones le han llevado por todo el mundo. Ahora mismo, tiene su casa en la ciudad donde nació, pero pasa no pocos días en Bruselas y Estrasburgo como miembro que es del Parlamento Europeo. Además, acaba de caerle encima un nombramiento curial que le hará visitar de cuando en cuando la ciudad de los papas: asesor en materia financiera de Juan Pablo II.

Muns es licenciado en Derecho y doctor en Ciencias Económicas por la universidad de Barcelona, aunque también estudió en el Reino Unido. Ha sido pro fesoren la American University en Washington (Estados Unidos), y en la universidad Autónoma de Barcelona antes de ser catedrático de Estructura Económica Internacional en la un¡ versiclad de Barcelona. En los últimos comicios europeos fue elegido parlamentario como in dependiente en las listas de Convergéncia i Unió.Tiene buena amistad con los políticos catalanes y puede pre sumir de algunas cosas insólitas Por ejemplo, es uno de los pocos hombres condecorados con la Cruz de Sant Jordi que ha recibído a Jordi Pujol en pijama. Los hechos ocurrieron en la noche del 1:5 de diciembre de 1986 Una bomba hizo explosión en el edificio en el que vive y Muns salió en pijama a la calle. Poco des pués Ilegó el presidente de la Generalitat y allí fue recibido por el hoy asesor vaticano.

El nombre de Joaquín Muns fue sugerido a la Santa Sede por el cardenal-arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany. Muns, de religién católica, no conoce personalmente a Juan Pablo II, aunque ahora lo conocerá, ya que el cargo implica viajar a Roma al menos dos veces al año, coincidiendo con la aprobación del presupuesto del Estado vaticano, que es semestral

El presupuesto se debate en una comisión de 12 cardenales, uno de ellos el propio Jubany que, a veces, es presidida por el Papa. Muns deberá sugerir a Juan Pablo II cómo utilizar el dinero del Vaticano, cómo hacer que las pesetas sean rentables en el duro y competido negocio de la salvación de las almas. Y deberá hacerlo sin el arzobispo Paul Marcinkus -cuyo relevo al frente del Instituto para las Obras de la Religión (IOR) ya ha sido anunciado-, aunque en compañía de otros dos economistas, el alemán Erwin Pougin, y el estadounidense Thomas Macioce. Muns declaró a este diario que II a pesar de que la economía del Vaticano es deficitaria, su gestión tiene menos problemas que la del Banco Mundial".

Muns recuerda con cariño sus etapas en puestos internacionales, especialmente la despedida del Banco Mundial a Robert McNamara. Fue Muns el encargado de buscar el regalo adecuado y optó por un grabado de Joan Miró firmado y dedicado por el propio pintor mallorquín. Muns se extrañó de que Miró aceptara entusiasmado escribir la dedicatoria y no supo hasta el momento mismo de entregar la obra que el motivo era muy simple: Miró y McNamara eran amigos personales y, pocas semanas antes, habían estado juntos pasando unos días en el sur de Francia.