Domenico Sica,
alto comisario contra la Mafia en Italia, no consigue que los ladrones respeten sus pertenencias, a pesar de contar con una casi impenetrable protección policial encargada de defenderle de las posibles represalias del crimen organizado en su país. Al parecer, el cerco policial que sigue a Domenico Sica en todos sus desplazamientos no impidió que el alto comisario sufriera recientemente el robo de una prenda de vestir, tal como reveló el concejal republicano del Ayuntamiento de Catania (Sicilia) Mario Labisi, que la semana pasada asistió a una reunión municipal sin despojarse de su abrigo de cachemir, a pesar del calor reinante. Labisi, de cuando en cuando, se enjugaba el sudor de la cara con un pañuelo blanco, pero no se quitaba el abrigo. No obstante, ante las risas de sus compañeros, el concejal pidió la palabra, se puso en pie y dijo al alcalde: "Perdóneme si no me quito el abrigo, pero es que tengo miedo de que alguien me lo robe". Más tarde explicó que allí mismo, hace dos meses, durante un encuentro contra la Mafia, le robaron el abrigo a Domenico Sica, a pesar de que la sala estaba rodeada de policías. El ejemplo parece haber cundido y empieza a ser frecuente que los concejales asistan a sus reuniones municipales o bien envueltos en sus abrigos o sujetando esta prenda sobre el regazo como los niños de colegio.
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